Otra oportunidad perdida?

La pandemia ha puesto sobre el tapete las debilidades de nuestro sistema de salud, algo que ya se sabía por los aislados reclamos de los usuarios y de los mismos profesionales de salud, pero que a casi ninguna autoridad de nivel nacional y regional le interesó atender.

Lo curioso es que el Ministerio de Salud siempre -o casi siempre- ha estado dirigido por un médico que, por trabajar en el sector, se entiende que conoce la problemática y por lo tanto debía plantear la solución. Pero seguimos con los mismos problemas de siempre.

A la falta de infraestructura hospitalaria, se suma la falta de recursos logísticos y humanos. Este último es más crítico aún en departamentos como Huánuco: una plaza poco atractiva (por factores económicos y académicos) para los especialistas de salud.

Ahora bien, no hay presupuesto que alcance para atender las necesidades del sector, si se siguen administrando los recursos con criterios de negocio personal.

La pandemia también ha mostrado el rostro de la corrupción: los negociados personales de funcionarios con dinero del Estado aún a costa de la vida de las personas. Claro está, que siempre el precio final de la corrupción es el hambre y la vida de otro ser humano.

La crisis actual debería ser también una gran oportunidad para empezar a reformar el sistema de salud, para acercar este servicio básico a todos los peruanos y de calidad. No hacerlo, será otra oportunidad perdida.

     
 

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