Muerte, dolor y sufrimiento

Josué Canchari de la Cruz Docente Fac. de Ciencias Contables y Financieras – Unheval

No soy psicólogo, ni personal de salud, pero me atrevo a escribir sobre el dolor que causa perder a un ser querido, ya que a los doce años perdí a mi madre. Al inicio no lo acepté, estaba envuelto en un sueño real por casi tres meses, no aceptaba la muerte y eso fue muy doloroso, más aún que en la adolescencia necesitas más a tu madre. Aprendí que la muerte de un ser querido duele más y demora en cicatrizar la herida del alma cuando no aceptas la cruda realidad.

SENSIBLES POR FALLECIMIENTO

En este mal momento que venimos pasando, cuando abres tu red social se puede observar muchas publicaciones de fallecimientos y condolencias de familias que están sufriendo por la pérdida de un ser querido. En los últimos tres meses las muertes de personas causadas por las covid-19 se han incrementado y han alcanzado picos altos. En la cuadra donde resido fallecieron entre el año 2020 y 2021 tres vecinos cuyas edades apenas superaban los 60 años, quienes trabajaron mucho por su familia y el desarrollo del barrio.

En esta pandemia, nuestro país tiene la tasa de mortalidad más alta del mundo. Una de cada mil personas fallece a causa de la covid-19. Este hecho, según informes de especialistas, se debe a la falta de educación, responsabilidad, pobreza, informalidad, costumbres, corrupción, etc.

«El tiempo es el mejor bálsamo para curar el dolor causado por la muerte de un ser querido»

EL DOLOR Y SUFRIMIENTO

Ante la muerte de un ser querido, el dolor y el sufrimiento van de la mano y no es fácil superar, pero con la aceptación y la fortaleza se puede lograrlo. Cada vez que tengo que dar condolencias, acompaño una frase que ahora lo hago público, que en algo puede aliviar el dolor: «La muerte es como una herida en tu cuerpo, al momento sangra, duele y sufres al ver y la miras a cada rato; pasa un tiempo y la herida ya habrá cicatrizado y casi ya no duele y de hecho sufres menos; pero, después de un tiempo ya casi ni recuerdas y si lo haces ya no duele como al inicio, solo quedan los recuerdos del ser querido de acuerdo con la intensidad del afecto». Esta frase funciona en todas las personas que asimilan y aceptan la muerte que causa dolor y sufrimiento.

LA VIDA CONTINÚA

Un capitán que jugaba casinos con dos soldados preguntó: Si cae una bomba y me destroza ¿qué harían ustedes?, uno de los soldados contestó: paramos el juego y llevamos tu cuerpo. El capitán dijo: No. Hagan a un lado mi cuerpo y sigan el juego. Esto nos hace reflexionar que la vida debe seguir su curso, no podemos detenernos ante la muerte de un ser querido, debemos asimilar a pesar de que es difícil y doloroso, pero no queda otro camino que continuar el juego de la vida.        

UN ENEMIGO INVISIBLE

Las personas que se contagian no saben en qué momento se infectaron con el temido virus. Una señora me preguntaba ayer en la mañana ¿por qué mueren las personas por covid-19, por su responsabilidad o no? Algunos adquieren el virus por la actividad que realizan en las calles, otros involuntariamente, ya que un familiar introduce el virus y puede contagiar a la persona que se encuentra en casa cuidándose.

Cada día cuando salimos nos enfrentamos a un enemigo invisible que está en todas partes. Nuestras únicas armas son la mascarilla, protector facial, lavado de las manos, alcohol y distanciamiento social. Cuando estamos fuera de casa es difícil lavarse las manos, pero tenemos al «bendito» alcohol que sin darnos cuenta nos salva la vida.

     
 

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