Leonardo y su paila canera

Crónica de un rancho frío

Naylamp Cueva León

El penal de Potracancha es uno de los penales con las mismas características de todos los penales al interior del país.  Hacinamiento por doquier, descuido total, inexistencia de política carcelaria y ni un ápice de resocialización del interno.  Todos están expuestos a enfermedades y en cuanto a la alimentación, existen tres ranchos que nutre a los 2848 varones y 162 mujeres de los dos pabellones, en los horarios de 7:00, 12:00 y 17:00 horas.

Leonardo es el pailero, el men de la cocina, entre ollas y cucharones se desenvuelve como pez en el agua, tiene a su cargo tres asistentes de cocina y es especialista en sopas y menestras.

«El rancho queda chico, por eso existen los economatos o bodeguitas y la venta ambulatoria después de la visita.  La paila canera cansa, porque no hay mucha variedad, y no existe otra cosa que comer», nos dice Leonardo en su cocina, que es su búnker.

Leo, como lo llaman cariñosamente los internos, fue sentenciado a 15 años por un delito que no cometió —bueno, aquí todos son inocentes— lleva muchos años encerrado y para él, la cocina fue su escape, su salvación.

Leonardo llegó un miércoles al atardecer, y ya algunos internos lo esperaban, sabían del delito cometido y el pabellón que lo esperaba, conocían su trayectoria en la calle.  Leonardo se hacía llamar Pamela y trabajaba en el nitg club «La gata».  Fue un domingo que llegó el tristemente célebre «Shucuy» y empezó a agredir a todas las putas del antro. Pamela atendía a unos parroquianos que estaban en una reputabomba, y de pronto «Shucuy» aparece y le propina una reverenda paliza que casi la mata, esto porque días antes Pamela no le aceptó un trago.  Pamela llegó a la barra coge un pica hielo, se le viene lo barrio que fue y le asesta una sola estocada, «Shucuy» se desploma y en medio de un charco de sangre se mandó pa´la otra.

A Pamela, o mejor dicho Leonardo, porque al parecer se regeneró para que lo respeten en la cana, le va bien como pailero, claro que por ahí dicen que tiene su hombre y es quien lo cuida, cumplirá 8 años encerrado y piensa que, al salir, hará realidad la promesa que le hizo a su madre, poner un restaurante y ser un hombre o quizá una mujer, pero de bien.

     
 

Agregue un comentario