Instan a bandas de músicos a respetar melodías de la danza de los negritos
Con la llegada de la festividad de Los Negritos de Huánuco llegan también quienes distorsionan la vestimenta y también su música entre los meses de diciembre y enero. «La melodía de la danza de los negritos la están tocando [algunas bandas de músicos] distorsionada», dice Daniel Salomón Chávez Cruz, hijo del autor de las notas musicales que danzan los negritos, Joaquín Chávez Ortega.
«Cada pasión tiene su mudanza. A veces le cambian de mudanza y entonces genera una distorsión», apunta Daniel que también es músico e integra una banda de músicos que por estos días acompaña a una cofradía de negritos de la ciudad de Huánuco.
«La pasión es la parte que entra el caporal y hace unos movimientos para que lo imiten los pampa. Luego los pampa hacen la mudanza. Para eso hay distinta música», apunta.
«Lo que está pasando es que [algunas bandas de músicos] no tocan como debe ser, porque hay también músicos que vienen de Áncash, Lima, Ica, del norte y tocan [la melodía] derecho, como se dice; no le dan la caída exacta, las caídas del movimiento airoso que tienen los negritos». .
Daniel Chávez, que es profesor de Química y Biología y con estudios inconclusos de música en el Instituto Superior de Música Daniel Alomía Robles, hoy Universidad Nacional Daniel Alomía Robles (UNDAR), dice haber investigado durante la pandemia los pentagramas, partituras y particelas de la biblioteca musical de su padre Joaquín Chávez Ortega .
«En su prolija producción hay composiciones de muchos géneros como romanzas incaicas, fox-trott incaicas, valses criollos, mestizos e incaicos, polkas, corridos, marchas militares, marchas fúnebres, marchas regulares, conciertos, escaramuzas, cashuas, yaravíes, marinera, tonderos, mulizas, cofrerías, que es música para la danza de los negritos de Huánuco», detalla.
«En mi poder tengo muchas melodías de la cofradía que ha escrito el maestro Chávez desde el año 1931 hasta los años 70», agrega el músico que toca el clarinete en la Gran Banda Juventud San Francisco.
A partir de esos documentos dice haber notado que cada cofradía tiene diferente mudanza, pero algunas bandas de músicos «están tocando la misma mudanza para cada cofradía».
«La cofradía Hermosa dama, tiene distinta mudanza; el Negrito congo tiene otra melodía; Así, así negro, otra melodía; el Agárrate negro, también. Muchas cofradías tienen nombre; pero, muchos no saben el nombre, ni quién la ha escrito. Para eso necesitamos mucha investigación de parte de la UNDAR», reclama Daniel Chávez Cruz.
El informe de la Dirección de Patrimonio Inmaterial que sirvió para declarar patrimonio cultural de la nación a la danza de los negritos en el 2021, detalla que «la música de la danza Los Negritos de Huánuco está compuesta por una serie de tonadas que marcan cada momento de la representación, con variantes sobre el mismo patrón rítmico y melódico. Investigadores como Rosa Alarco encuentran un parentesco entre estas tonadas y la música conocida como “morisca” que en la tradición española representaba a los moros conversos. Estas tonadas están armadas sobre una escala de fa mayor diatónica y estructuradas en dos partes, siendo la primera de veinte compases y la segunda de dieciocho. Mientras las tonadas del pasacalle y las mudanzas siguen una estructura binaria básica de 2/4, las que acompañan el traslado de la imagen del Niño Jesús y la adoración siguen ritmos más complejos de 3/8 o, como en la melodía de despedida, una combinación de los compases de 2/4 y 3/4 (…) La música es interpretada por una banda compuesta por clarinete, saxofón, trompeta, trombón, bajo y tuba, con una sección rítmica compuesta por un bombo, un tambor redoblante y platillos».
Daniel Chávez cuenta que su padre, que procedía de una familia de músicos tradicionalistas, se formó musicalmente cuando sirvió en la Marina de Guerra del Perú y donde fue discípulo del al mundialmente famoso director de bandas don José Sabas Libornio, autor de la marcha de banderas, entre otros.
«Cuando sale de la Marina de Guerra se dedica a enseñar a los músicos huanuqueños y tiene composiciones inspiradas en los pueblos por la hermosura de su paisaje. Por ejemplo, el pachahuallay significa amanecer de un nuevo día que se toca a las 4, 5 de la mañana, por lo mucho 5.30 de la mañana. Hay varios movimientos del pachuallay. En cambio, en Huánuco los negritos se levantan 8, 9 de la mañana y ya no es pachahuallay, lo llaman pachahuara. En cambio en los pueblos altoandinos como Pillao, Chaucha y otros lugares del valle del Pillco sí hacen hasta ahora el pachahuallay», explica Chávez Cruz aludiendo al pachahuara, una de las melodías de la danza de los negritos que casi ya no se toca.
En ese sentido, el músico solicitó a las autoridades y docentes de la UNDAR profundizar en la investigación de la música de la danza más popular y tradicional de Huánuco.
Y a las autoridades regionales, municipales y de la Dirección de Cultura pidió trabajar para ponerle fin a la distorsión de la melodía y de la danza misma y a las bandas de músicos invocó a mantener la originalidad de las melodías.
«Debemos primero cultivar nuestra identidad, nuestras cashuas, polcas, chimayches», subraya Daniel Chávez Cruz.