La corrupción no solo es robar, también es mentir

Julia Palomino Gonzales

La corrupción se ha convertido en un fenómeno político, social y económico que traspasa todas las acciones de la sociedad. Las prácticas de corrupción están tanto en las esferas pública como privada. Pero ¿qué es la corrupción? Significa echar a perder y los elementos que la contienen son: alternación, depravación, descomposición, putrefacción y soborno. Estas palabras hablan por sí mismas del significado de la corrupción y sus efectos. Corrupción: es cuando una persona, grupo o sector se beneficia directa o indirectamente, de manera ilícita, poniendo sus intereses personales, grupales o sectoriales por encima de los demás y carente de toda ética.

La corrupción está asociada a diferentes factores: abuso de poder, carencia y/o debilidades de los procedimientos y mecanismos institucionales, debilidad en los marcos legales que tipifican y sancionan la corrupción administrativa pública, la impunidad en que se encuentran los actos de corrupción, sobre todo en la administración pública. Como vemos, la corrupción se expresa de múltiples maneras, siendo algunas de sus expresiones más visibles el tráfico de influencia y la obtención de dotes personales.

Ahora bien, la corrupción puede ser de diferentes tipos, de acuerdo con su naturaleza y el ámbito donde se produzca: Corrupción política,  administrativa pública, corporativa y  privada.

Las prácticas de corrupción están presentes en los diferentes estratos y niveles de la sociedad, manifestándose no sólo en el ámbito público, sino en todos los ámbitos, como se observa a partir de las diferentes categorías que existen, por lo que erradicarla se hace mucho más complejo y amerita de una estrategia integral que involucre a todos los sectores que conforman la vida del país.

Pueden distinguirse cuatros elementos que caracterizan la corrupción:  Toda acción corrupta consiste en la trasgresión de una norma, se realiza para la obtención de un beneficio privado, surge dentro del beneficio de una función asignada, el individuo corrupto intenta siempre encubrir activamente su comportamiento. Estas características hacen de la corrupción algo ilícito, fuera de las normas y leyes creadas para la convivencia y el ejercicio de funciones, en este caso públicas. La corrupción produce beneficios directos o indirectos a quienes se hacen cómplices de esta práctica. En todos estos casos, uno de los elementos que mueven a preocupación es descubrir que la corrupción cada día gana más terreno y en muchos casos es socialmente conocida y aceptada.

La corrupción se expresa de múltiples maneras, siendo algunas de sus expresiones más visibles el tráfico de influencia y la obtención de dotes personales»

Los problemas de la corrupción en la administración pública están vinculados a la falta de instituciones fuertes, que se sobrepongan a los gobernantes del momento y permitan la continuidad de las políticas y acciones del Estado; queda claro que el sistema político y de representación vigente en nuestro país, otorga a los gobernantes de turno la centralización en todas las decisiones importantes. La centralización es vista como una de las causas de la corrupción unida a otros elementos no menos importantes como son: La falta y/o violación de controles internos, debilidad de los organismos de control financiero, la debilidad de los marcos legales que previenen y sancionan la corrupción administrativa en diferentes niveles, la ausencia de información y la falta de rendición de cuentas de los/as funcionarios/as, así como la poca participación de la ciudadanía en el seguimiento a las acciones gubernamentales, la degradación moral y la ausencia de ética en el ejercicio de las funciones públicas, la complicidad de diferentes sectores con la corrupción. Es importante, además, dedicar especial atención al clientelismo, El clientelismo político es una cierta lógica de intercambio social en la que se oferta una posibilidad de acceso a recursos, particularmente estatales, a cambio de lealtad política. Se trata de transacciones de beneficio mutuo, para los dirigentes que ocupan posiciones privilegiadas y los seguidores que, ocupando posiciones subalternas, obtienen sin embargo una actividad de sobrevivencia o una vía de movilidad social a través del usufructo de las instituciones públicas.

Al igual que en otros países se hace difícil cuantificar la corrupción, no obstante, sí se valoran los efectos de esta en el desarrollo del país, se verá que uno de sus principales costos, es el descreimiento y desconfianza que genera en los ciudadanos.

Existe una estrecha relación entre la corrupción y la pobreza, retraso en el desarrollo de los pueblos y la no consolidación de regímenes democráticos, pues la falta de institucionalidad en los organismos encargados de definir y aplicar políticas públicas y sociales impide que se controlen los ingresos y egresos del país por diversos conceptos. Ante la corrupción, las políticas públicas en la mayoría de los casos se improvisan, son irregulares, y son violados los procedimientos que muchas veces podrían estar bien formulados, pero que no se cumplen. Con los recursos públicos que van a engrosar las fortunas privadas, ya sea de políticos corruptos o agentes privados, que se benefician de los primeros, la población pierde la oportunidad de tener acceso a servicios sociales básicos como salud, alimentación, vivienda, agua y energía eléctrica. (Participación Ciudadana Programa de Transparencia de la Gestión Pública marzo 2003).

     
 

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