La elección presidencial

Docente Fac. de Ciencias Contables y Financieras – Unheval
Las elecciones presidenciales son una fiesta democrática de la que los peruanos participamos cada cinco años. Este año las elecciones fueron muy distintas, desde la campaña electoral con restricciones por la emergencia sanitaria por la covid-19; sin embargo, a medida que se calentaba, se ponía más interesante.
A medida que se acercaban las elecciones, los ataques entre los candidatos se hacían cada vez más fuerte. Los candidatos presidenciales se atacaban entre sí, algunos con campañas millonarias, otros de manera austera.
Mientras los candidatos que ocupaban los primeros puestos se desprestigiaban entre sí, el profesor Pedro Castillo realizaba su campaña muy austeramente y sin atacar a nadie y no recibía muchos ataques porque no lo veían como una amenaza política.
El resultado de las elecciones del 11 de abril fue una sorpresa. Pedro Castillo ocupaba el primer lugar y días después Keiko Fujimori sería quién lo acompañe para la segunda vuelta. Un familiar me decía: «Los peruanos estamos de cabeza, deberíamos elegir a los mejores candidatos; pero como andamos al revés, elegimos a los dos peores candidatos».
SEGUNDA VUELTA
Empezaron las alianzas, por un lado por la supuesta «democracia» y por el otro lado «el comunismo». Lo cierto es que se distorsionó mucho la información, y los peruanos —por el grado de educación que tenemos— somos la mayoría presa fácil de manipulación desde los medios de comunicación y las redes sociales.
Keiko Fujimori tenía la «mochila pesada» que venía cargando desde las dos elecciones pasadas. Había mucha desesperación para ganar las elecciones y esto obedecía a que tiene procesos judiciales en curso.
Es momento de unión en bien de todos los peruanos»
Por otro lado, Pedro Castillo con perfil bajo, muy humilde en todo sentido, no tenía nada que perder. Empezó a cobrar fuerza su campaña con el apoyo de las personas que se identificaban y esto crecía cada vez que pasaba el tiempo.
La campaña de la segunda vuelta se convirtió en ataque masivo a Pedro Castillo, apoyado por algunos periodistas, redes sociales, dueños de grandes empresas de consumo masivo, empresas financieras, empresas mineras, etc.
Los simpatizantes de ambos candidatos empezaron, por su parte, una campaña gratuita por las redes sociales, algunos de manera alturada, mientras otros lo hacían con lenguajes no adecuados. A medida que pasaba el tiempo, algunos simpatizantes empezaron a fanatizarse y algunos sabemos que el fanatismo ciega el criterio de razonamiento de las personas.
La campaña de la segunda vuelta fue muy «picante», sobre todo por el miedo que generó la etiqueta de «comunismo», la comparación errónea con países de régimen dictatorial por militares, desde luego con un resultado desastroso; todo ello generó miedo en la población y algunos prefirieron avalar a una candidata con procesos judiciales y con gestión nada clara de su padre cuando ella estuvo como primera dama.
EL DEBATE
El primer debate fue muy esperado por ser descentralizado y para conocer las propuestas de los candidatos; pero decepcionó. Más se dedicaron a atacarse. Lo mismo y hasta peor fue el segundo debate, lleno de ataques de las dos partes.
Desde el primer debate, Pedro Castillo fue descendiendo, no convencía con su discurso; mientras Keiko Fujimori cada vez subía en la aceptación popular.
LAS ELECCIONES
Nunca antes vi que el candidato perdedor cuestione y dilate la proclamación del presidente del país.
Pedro Castillo ganó las elecciones presidencias con menos de 1%. Fue ajustado, lo cual indica que estamos divididos y esperamos que esto pase y volvamos como siempre a buscar el progreso en bien de todos.
UNIÓN Y DESARROLLO
Por más que se simpatice o milite en otro parido, es ahora que debemos unirnos. Esperemos que el gobierno llame al diálogo a los diferentes líderes en busca de la concertación que nos permita continuar con el desarrollo general de nuestro país. Que los congresistas permitan y apoyen la gestión en bien de los peruanos.