La violencia es normal

Claudia Hübner Mendieta

Un día más, prendo el televisor para distraerme un rato y, lamentablemente, termino decepcionada porque en las noticias aparece lo mismo de siempre. Lo mismo de todos los días: algún asesinato, tal vez por el robo de un celular o una cartera, o una persona violentada por algún familiar o conocido. Sin pensarlo dos veces, cambio de canal para ver algo más entretenido; y así, la secuencia sigue al día siguiente. Así de normalizados están los asesinatos en Perú. Es tan común para nosotros que nos parece mejor ignorar todas esas noticias, incluso, dejar de ver noticias, como si eso solucionara el problema. Solemos creer que no podemos hacer nada desde nuestra posición o, simplemente, no queremos actuar. Sin embargo, en esto último, estamos totalmente equivocados.

El INEI informó en 2014 que la tasa de asesinatos era de 6,74 víctimas por cada 100.000 mil habitantes. No es una cifra muy alta, a comparación de otros países como Honduras o Jamaica, que tienen las cifras de 84,3 y 42,9 respectivamente; pero, aun así, es un dato bastante preocupante. El problema es que hemos normalizado la violencia a tal grado que incluso nosotros la aplicamos. Es de saber popular que los padres les pegan a los hijos en forma de castigo, como si eso solucionara algún de tipo de problema. Solo les enseñan a tener miedo, pero no fomentan el diálogo a través del cual se podría llegar a una verdadera solución. Es común, también, ver a una mujer darle una cachetada a un hombre. Esta acción es tomada la mayoría de las veces como un chiste y se ve muy frecuentemente en programas televisivos, como si de una actitud correcta se tratara. Cabe resaltar que la violencia no tiene que ser física para poder dañar la integridad de una persona. Los insultos, las humillaciones, la discriminación son maneras de violencia que pueden llegar a ser más dolorosas que un golpe.

Lo cierto es que la violencia tiene dos causas principales: el alcoholismo y la drogadicción. Dos adicciones que se podrían evitar si los padres tuvieran mucha más comunicación con sus hijos. Muchas veces los padres piensan que pueden enseñarles a sus hijos a alejarse de adicciones como el tabaco o el alcohol, aun si ellos las practican, pero eso no es cierto. Los padres son la mayor guía que tienen los hijos en la vida y si ellos no asumen este rol de manera seria y no les enseñan a tener autoestima y a sentirse amados, ellos podrían terminar cayendo en las adicciones.

Solemos escuchar frecuentemente que la culpa de que existan tantos asesinatos y tanta violencia en el Perú es culpa de las decisiones que toma el gobierno y en parte, es cierto. Es verdad que el gobierno debería invertir mucho más en salud mental para que las personas aprendan a solucionar sus problemas mediante una comunicación asertiva en vez de la violencia. Esto haría que existan menos drogadictos y alcohólicos. Además, no existirían tantas familias disfuncionales en las que existe mucha más probabilidad de caer en una adicción.  Sin embargo, sería tapar el sol con un dedo decir que los únicos que pueden hacer un cambio son nuestras autoridades. Nosotros desde nuestro lugar podemos mejorar nuestras relaciones interpersonales y enseñar con el ejemplo que no es necesario ser violentos para tener la razón. Con toda la información que tenemos actualmente para una mejor crianza de los hijos y comunicación con ellos y la educación que tenemos al alcance de nuestras manos, podríamos hacer realmente un cambio; pero el verdadero problema es que no queremos hacerlo.

     
 

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