“No más pobres en un país rico”

Claudia Hübner Mendieta

El aumento de la informalidad en el Perú es considerado una de las principales consecuencias que trae consigo la crisis por la pandemia del Covid-19 y, a su vez, la inestabilidad política que vivimos con el gobierno actual. Sin embargo, poco se escucha de cuáles son las consecuencias de tener un mercado laboral con un aproximado de 73% de trabajadores informales y cuáles serían las posibles soluciones que se le podría dar a este problema.

La informalidad laboral que existe permanentemente hace años en el Perú, trae consigo una serie de consecuencias que afectan directamente a la reactivación económica peruana. Para empezar, cabe destacar que la informalidad contribuye directamente a una menor recaudación de impuestos tributarios de parte del Estado. Esto ocurre ya que las empresas informales no demuestran sus ingresos obtenidos mensualmente y de esta manera evaden completamente la paga de impuestos. Se estima que tan solo en el año 2014, la evasión tributaria alcanzó el monto de S/3 790.00 millones de soles, monto que representó el 4,2% de la recaudación total de impuestos de parte del gobierno ese año. En segundo lugar, se debe considerar que la informalidad laboral no afecta solamente al Estado, también perjudica directamente a las propias empresas informales, especialmente, si estas son pequeñas o medianas y no cuentan con un capital suficiente para amplificar su producción. Este es el terrible caso de las mipymes informales que al no poder demostrar el sustento mensual que poseen, no pueden solicitar préstamos bancarios. En consecuencia, por esta razón, muchas veces su crecimiento se ve obstaculizado. Además, esta práctica informal produce un efecto negativo a la distribución de bienes y servicios y, asimismo, agranda la brecha diferencial entre ricos y pobres. No es casualidad que la tasa de pobreza en el Perú se sitúe, este 2022, en 25%. Por supuesto, la informalidad es una de sus causas.

Muchas veces se suele hablar de las causas y consecuencias de un problema, pero muy pocas veces se hablan de soluciones. Por suerte, el CIUP (Centro de Investigación de la Universidad del Pacifico) ofreció 10 soluciones para esta problemática durante el 2021, investigación a cargo de Gustavo Yamada y Pablo Lavado. Para empezar, en la investigación titulada «Empleo e Informalidad Laboral» se menciona que para iniciar un acercamiento del Perú hacia la formalidad se deben simplificar las normas laborales para facilitar el proceso de formalización. Esto consiste principalmente en eliminar los procedimientos innecesarios y simplificar los que tardan más, para que el cambio a la formalidad sea una opción a toma para las empresas. En segundo lugar, se considera de vital importancia proteger a los trabajadores que quedan desempleados, tanto dependientes como independientes. Esta medida consiste en asegurar al desempleado para que pueda sustentarse en el periodo de búsqueda de un nuevo empleo. De esta manera se permite que las personas no caigan en la desesperación y puedan encontrar un trabajo formal que cumpla todas las condiciones necesarias que necesita un trabajador. En tercer lugar, se menciona que una mayor eficiencia en el proceso de pago de obligaciones tributarias, mediante las nuevas tecnologías evitarían la gran evasión de impuestos que existe en nuestro país. Entre otras soluciones, esta investigación ofrece el material perfecto para hacernos la siguiente pregunta: ¿Por qué, si existen salidas viables a este problema, estas no se aplican en el marco laboral?

Una vez más, la pésima gobernabilidad hace que exista un avance nulo en la solución de problemas, en este caso, el de la informalidad. El constante cambio de gabinete ministerial, la priorización de proyectos innecesarios y las constantes contraposiciones en el poder legislativo hacen que no exista una organización que pueda darles soluciones reales a los problemas de nuestro país. Y que, por supuesto, las frases populistas que utilizaron los que ahora nos gobiernan, como la popular frase de nuestro presidente «No más pobres en un país rico» sean totalmente superfluas a la hora de accionar, como ya estamos acostumbrados.

     
 

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