De víctima de bullyng a juez de paz escolar

Leonardo Figueroa apuesta por el diálogo para resolver álgido problema en el colegio Illathupa

Leonardo Daniel Figueroa Jaimes no solo le da satisfacciones en concursos a su institución educativa Illathupa en la ciudad de Huánuco, sino que ahora ha asumido el desafío de administrar justicia entre sus compañeros del turno mañana.

«Siento que este tipo de labor es una vocación, me va ayudar en el futuro a seleccionar una carrera profesional. La vida acá, dentro del Poder Judicial, como que me atrae, como que es lo mío. Desde muy pequeño la labor social me llegaba al corazón y realmente yo deseaba hacer eso. Entonces, estar acá, parado frente a personas que hacen eso, como que me llena el corazón, me llena el alma y me digo: Esto es lo mío», cuenta con entusiasmo el escolar de 16 años de edad que fue juramentado por el mismo presidente de la Corte Superior de Justicia de Huánuco, Jaime Gerónimo, en una ceremonia pública en el auditorio de dicha institución..

Leonardo sostiene que el juez «es una persona que trata de brindar siempre la igualdad, la justicia y la armonía en la sociedad».

Y así proyecta ejercer su labor de juez de paz escolar en su colegio, donde, afirma, el mayor problema es el bullyng o acoso escolar

«Tengo la expectativa de que en mi institución se fomente la paz, que se fomente la armonía (…) hay estudiantes que se discriminan entre ellos siendo de la misma etnia, de la misma creencia. Es algo que se debe solucionar», subraya.

Leonardo considera que ahora su misión en su colegio será promover el diálogo que, afirma, es la base para la armonía y la paz.

Precisamente con diálogo dice haber superado el bullyng del que era víctima el año pasado cuando llegó al colegio Illathupa procedente de la institución educativa Javier Pulgar Vidal del centro poblado La Esperanza.

«Yo soy de ser callado en el aula y más pegado a los docentes. Entonces comenzaron a decirme que debería estar en un colegio particular,  que no debería estar con los que tienen calle, como ellos se tildaron.  Me sentí mal porque mi familia tampoco es que tenga demasiados recursos», relata: «Lo primero que hice fue contarle a mi padre, él avisó a la directora y fuimos a conversar la subdirectora, mi papá, mis agresores y yo. Después de la reunión no dejaron de molestar, exactamente. Pero se volvió amistoso porque decidí también conocer más a mis compañeros, a mis agresores y descubrí ciertos que tenían ciertos problemitas y a través de eso me hice amigos, les daba consejos de como afrontarlos, de como ser fuerte en esas situaciones. Actualmente somos buenos amigos, me pasan la tarea, yo les paso la tarea, compartimos».

El estudiante de cuarto año de secundaria cree que esa experiencia puede ayudarlo en su nueva responsabilidad de administrar justicia entre sus compañeros.

«He desarrollado ciertas habilidades sociales, mi desenvolvimiento en los escenarios es fluido porque desde muy pequeño veía a mi padre en los escenarios ­—él es cantante— bailando sin vergüenza y yo quise hacerlo y actualmente ya logré eso», argumenta Leonardo que recientemente ganó el concurso de declamación convocado por la institución educativa Marcos Duran Martel y tiene uno de los mejores promedios en su colegio.

Mañana se celebra en el país el Día del Juez conmemorando que ese día del año 1821 Don José de San Martín instituyó la Alta Cámara de Justicia en Lima.

     
 

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