El Pillcomasicuna

El jueves último, otra vez decenas de escolares revivieron la gesta libertaria huanuqueña del año 1812 liderado por Juan José Crespo y Castillo. Otra vez ha sido a iniciativa del profesor del colegio de Aplicación Marcos Durán Martel, Yusi Ruiz, que se ha realizado la escenificación en la Plaza de Armas de la ciudad de Huánuco, en el mismo lugar donde los líderes de esa revolución fueron enjuiciados y ajusticiados.

Otro año más que desde las instancias gubernamentales no se hace nada para que esta actividad, que está reconocida en una ordenanza regional, tenga sostenibilidad en el tiempo, sea un acto institucional.

Desde la Dirección Regional de Educación o de la UGEL Huánuco podría instaurarse el teatro como taller formativo obligatorio en los alumnos del colegio Marcos Duran Martel que escenifique cada año la Revolución de 1812. Lo propio podría hacerse en la Gran Unidad Escolar Leoncio Prado para la escenificación del fusilamiento del coronel Leoncio Prado cada 15 de julio.

Y desde la Municipalidad Provincial de Huánuco podría asignarse un presupuesto anual —de lo que recauda de los impuestos de los ciudadanos— para la logística de la puesta en escena.

Porque ¿qué pasará cuando Yusi no esté ya en el colegio Marcos Durán Martel? Lo más probable es que se deje de hacer la representación de la Revolución de 1812. Y eso, no debería suceder.

     
 

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