Que la indolencia acabe
La pandemia golpea a todos, pero se siente más ahí en los sectores excluidos históricamente de nuestro país. Las comunidades nativas son uno de esos sectores a los que el Estado tiene marginado, excluido y desatendido. Pero la pandemia, no. El virus SARS-CoV-2 que apareció en la lejana China en diciembre del año pasado, ya está en las comunidades nativas, haciendo lo suyo.
El departamento de Huánuco tiene en su territorio 18 comunidades nativas que, sin servicios de agua ni desagüe y con un muy precario sistema de salud en las ciudades más cercanas a ellas, enfrentan al virus.
El armas más poderosa contra el nuevo coronavirus que causa la enfermedad covid-19 es el lavado de manos con agua corriente y jabón. Sin embargo, en las comunidades nativas no hay agua potable y el jabón hay que buscarlo en mercados de las ciudades donde la propagación del virus es mayor. En esas ciudades también hay que buscar la mascarilla, otra arma para protegerse del virus ¿Y dinero para comprarlos?
Aún en la pandemia sigue la desatención. El presidente de la Federación de Comunidades Nativas de la Provincia de Puerto Inca (Feconapi), José Juamanga Ruíz, ha denunciado que hasta ahora el denominado Comando Covid-19 Indígena no inicia diálogo con ellos para atender la emergencia en las comunidades nativas. Que la indolencia se acabe, que la exclusión se acabe con seres tan peruanos como el nacido en Lima o Huánuco.