¿Qué viene ahora?
Es marzo, es el mes en que las lluvias se intensifican en esta parte del país. Eso, no es ningún secreto. Eso lo saben todos los que habitan estas tierras. Entonces, ¿por qué la falta de acciones de previsión efectiva?
Los últimos desastres registrados en la capital del departamento y al interior de este han puesto en clamorosa evidencia que los simulacros multipeligros que se realizan todos los años, no sirven. No se ha visto a las autoridades liderar un plan de intervención organizado. Cada uno reclamando desde su espacio, lejos de articular recursos logísticos y humanos para una efectiva atención a los afectados y damnificados.
A eso hay que añadir que las zonas afectadas por el desbordamiento del ríos Huallaga son las mismas de casi siempre: Huachog, Huayopampa, La Despensa, Colpa Alta.
¿Cómo es posible que no se atienda a esas zonas con infraestructura que de verdad los proteja de las crecientes del río Huallaga?
Nuevamente estamos lamentando la desgracia de decenas de familias, las pérdidas de cultivos en Huachog y otra vez las autoridades llegando con calaminas, colchones, víveres y posando para los reflectores.
La pregunta es y ¿después de este desastre, qué viene?, ¿otra vez la indiferencia con las tareas de mitigar los riesgo? Es hora de cambiar ese círculo vicioso: desastre y fotos de autoridades con la ayuda humanitaria que le cuesta a todos los peruanos, incluidos los afectados y damnificados.