Sin violencia

Se ha anunciado que desde hoy la provincia de Pachitea acatará un paro en demanda de nuevas elecciones generales, cierre del Congreso de la República y en respaldo a Pedro Castillo, vacado de la Presidencia de la República, tras anunciar en mensaje a la nación un golpe de Estado.

Al sur del país, las protestas están envueltas en un manto de violencia que está cobrando vidas de personas, destruyendo la propiedad pública y privada, además de estar llenando los hospitales con heridos.

Las protestas en Huánuco deben conducirse con la mayor serenidad, sensatez posible y con inteligencia, porque la pérdida de una vida humana tiene un costo invaluable; significa el truncamiento de un proyecto de vida, esposa e hijos en orfandad y otros efectos colaterales, además del profundo dolor entre los seres queridos del fallecido. La destrucción de la infraestructura pública solo perjudica, a la corta y a la larga, a esa misma población que reclama la atención del Gobierno, que necesita obras públicas.

En Huánuco no se necesitan cadáveres, ni comisarías quemadas, tampoco heridos para hacer sentir al Gobierno su reclamo.

El Congreso y el Ejecutivo debieran trabajar ya la fórmula que le devuelva la tranquilidad al país de una vez por todas. Las posiciones intransigentes y hasta caprichosas de ambos lados nos han llevado a esta espiral de violencia, de la que debemos salir de una vez. Protesta sí, violencia no.

     
 

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