Una vela

 Y finalmente llegó el fallo del Tribunal Constitucional sobre el parque Puelles y la construcción del centro comercial Real Plaza. Bastante tarde, sí; pero marca un hito en la lucha por la defensa del medio ambiente.

Si bien la sentencia del Tribunal Constitucional confirma parte de las ilegalidades en la concesión del parque Puelles por parte de la administración del entonces alcalde «Koko» Giles Alipázaga, también es cierto que no se puede revertir la situación.

El proceso penal por los actos de corrupción incurridos por Giles y compañía en dicha concesión y relatados a la Fiscalía por uno de los participantes, aún sigue su trámite en las instancias judiciales.

Ni la Cámara de Comercio ni nadie que objetó en su momento la concesión del parque Puelles estuvo en contra de la inversión privada, sino de la corrupción que rodeó esa operación.

La construcción de Metro y Open Plaza, por la misma época, por ejemplo, no tuvieron ninguna objeción, ningún cuestionamiento de la población ni de ninguna organización de la sociedad civil. Y tampoco enfrentan procesos judiciales por corrupción, como sí ocurre en el caso del Real Plaza.

La sentencia llega tarde, pero sigue siendo un hito en la lucha y defensa de los derechos de la población. Y también es una vela que empieza a alumbrar la oscuridad de la corrupción que envolvió a esa concesión.

     
 

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