¿Único camino?
Ha quedado claro —hasta ahora— que en el Congreso será imposible alcanzar el consenso que necesita el país de sus congresistas para calmar las protestas en las calles y que el único camino para lograr es la renuncia a la Presidencia de la República de Dina Boluarte.
La renuncia de Boluarte precipitará el adelanto de las elecciones generales, ese que en el Congreso se niegan a aprobar con una y mil excusas y en nombre del pueblo, ese mismo pueblo que cada día ve con angustia cómo sus «representantes» no son capaces de escucharlos y devolverles la calma.
La renuncia de la presidenta de la república traerá como consecuencia que el presidente del Congreso de la República asuma transitoriamente la Presidencia de la República y de inmediato convoque a elecciones para elegir a la nueva fórmula presidencial, congresistas y parlamentarios andinos.
Pero también es cierto que en las marchas se exige la renuncia de la mesa directiva del Congreso para que ninguno de los que hoy conducen el parlamento reemplace a Boluarte. Lo que espera la población es que ante la crisis política y social se elija —así como se hizo con Paniagua y Sagasti— a un congresista para que asuma la Presidencia y convoque a elecciones generales y en ocho meses aproximadamente tener nuevos gobernantes.
Con la actitud asumida por el Congreso el único camino parece ser la renuncia de Dina, que tampoco quiere irse. ¿Hay otro camino?