Veinte años

Ayer se cumplieron 20 años de la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad sobre el periodo de violencia política que desangró y empobreció al país entre 1980 y 2000.

«La historia del Perú registra más de un trance difícil, penoso, de auténtica postración nacional. Pero, con seguridad, ninguno de ellos merece estar marcado tan rotundamente con el sello de la vergüenza y el deshonor como el fragmento de historia que estamos obligados a contar en las páginas del informe que hoy entregamos a la Nación. Las dos décadas finales del siglo XX son — es forzoso decirlo sin rodeos — una marca de horror y de deshonra para el Estado y la sociedad peruanos», comenzó diciendo Salomón Lerner en la ceremonia de entrega del Informe al entonces presidente de la república.

«Estas dos décadas de destrucción y muerte no habrían sido posibles sin el profundo desprecio a la población más desposeída del país, evidenciado por miembros del PCP-Sendero Luminoso y agentes del Estado por igual, ese desprecio que se encuentra entretejido en cada momento de la vida cotidiana de los peruanos», señaló más adelante de su sentido discurso.

Veinte años después, esas condiciones que dieron inicio a la espiral de la violencia —y que se señalan en el Informe de la CVR— siguen vigentes. Hay sectores interesados en negar lo que pasó, pues acaso esperan que esas condiciones los lleven al poder.

     
 

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