Encarcelan a colombiano por portar arma de fuego

Pistola le pertenecía a un policía quien denunció la pérdida el año 2019

El colombiano Luis Eduardo Hurtado Bejarano fue internado ayer en el penal de Potracancha desde donde enfrentará las dos investigaciones en su contra, una por uso o porte de arma de fuego, así como también por el delito de trata de personas.

Su prisión fue ordenada por el juez Abraham de Jesús Limaylla al resolver el requerimiento del fiscal que lo investiga por el delito de uso o porte de armas de fuego.

Hurtado Bejarano de 26 años de edad fue detenido la noche del 13 de mayo en el jirón Huánuco 1092 hasta donde llegaron policías de Área de Trata de Personas ante una denuncia de presunta explotación laboral en agravio de una ciudadana también colombiana.

Al registrar la habitación que ocupaba, las autoridades encontraron debajo de un sillón una pistola Taurus, que —según reconoció— lo usaba para la seguridad de la casa intervenida.

Durante las investigaciones, los policías y el fiscal lograron conocer que el arma de fuego era de propiedad del suboficial PNP William Alzamora García.

Asimismo obtuvieron la denuncia que en setiembre del 2019 realizó dicho efectivo policía en la Comisaría de Ticlacayán (Pasco). Dijo que el arma se le cayó en el automóvil en el que viajaba de Huánuco a Pasco.

Al ser interrogado sobre la procedencia del arma de fuego, el extranjero prefirió guardar silencio.

Ante las evidencias en su contra, el fiscal que lo investiga por uso o porte de armas de fuego solicitó su prisión preventiva por nueve meses que fue aprobada por el juez de turno.

TRATA DE PERSONAS

Mientras que un fiscal de Trata de Personas continuará la investigación por la acusación que le hiciera una mujer, quien llegó desde Colombia ante el ofrecimiento de que trabajaría en una discoteca.

Ella lo acusó de haberla captado -hace casi un mes- a través de terceras personas para luego coordinar directamente para que viajara a Huánuco e incluso le envió dinero, pero al llegar a Huánuco, junto con su prima, las llevó a trabajar al local Stación y les indicó que debían acompañar a los clientes, para lo cual debían vestir ropa diminuta e incluso podrían dar servicios sexuales fuera del local.

Según la denunciante, el investigado le dijo que debía devolver el dinero que le enviaron para viajar, caso contrario la denunciarían y echarían a la calle.

Señaló asimismo que hasta el día de la intervención no recibía pago alguno.

La extranjera sostuvo también que en los hechos están implicados los dueños del negocio para el que trabajaba Hurtado Bejarano.

     
 

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