A solas
No sintió el ruido del despertador, ni siquiera la luz del día que entraba por la ventana lo incomodó, fueron los constantes cabezazos que el felino le daba a la puerta lo que lo consiguió … Seguir leyendo
No sintió el ruido del despertador, ni siquiera la luz del día que entraba por la ventana lo incomodó, fueron los constantes cabezazos que el felino le daba a la puerta lo que lo consiguió … Seguir leyendo