Romper la mano

¿Tú qué hubieras hecho? Yo contesté el celular y, al escuchar su voz, dejé que hablara: «Hermano, me detuvo la policía. Ven, por favor, estoy en la esquina de Junín y Huallayco». No se notaba mareado ni desesperado, pero, como lo conozco, sabía que se trataba de un pedido urgente. Así que agarré las llaves de la casa, metí todos los billetes que encontré al bolsillo y salí en completo silencio para no despertar a mi mujer.