Colegio Mario Vargas Llosa tendrá losa porque padres y docentes lo hicieron
Bajo un sol radiante, padres y madres de familia, de diferentes edades, trabajaron arduamente la mañana del sábado para construir la losa de concreto que aleje de sus hijos, niños y adolescentes, los riesgos de sufrir más accidentes en el cascajo que cubría la tierra del patio de su colegio en la localidad de Potracancha.
«Un alumno se ha roto el brazo en marzo. Eso nos ha motivado para hacer este trabajo», dice Humberto Chacón Maguiño, director de la institución educativa Mario Vargas Llosa que acoge a 740 escolares en los niveles inicial, primaria y secundaria.
Chacón Maguiño que este año asumió la Dirección de ese colegio, dijo que motivó a los padres de familia para hacer la losa. Como director donó 5 bolsas de cemento, los profesores uno cada uno y cada padres de familia donó una bolsa de cemento, mientras que la Apafa asumió el costo del material agregado.
Cerca de las dos de la tarde del sábado, la losa de 480 metros cuadrados y 8 centímetros de espesor estaba concluida.
«Los padres están contentos. El día lunes nuestros estudiantes se van dar con la sorpresa de encontrar con una losa para que puedan practicar su educación física y hacer deporte», agrega el director del Mario Vargas Llosa.
Recuerda que hasta el viernes, los niños de inicial no podían salir al recreo, tenían que realizar sus actividades de sicomotrocidad en sus aulas «porque si salían al patio, se caían» y algunas veces iban al gras sintético que está a dos cuadras del colegio y por cuyo uso sus padres tenían que pagar.
Los de primaria y secundaria tenían que pagar cada semana 1 sol para realizar su clase de educación física en dicha cancha sintética.
Humberto Chacón refiere que el proyecto para construir el nuevo local del colegio Mario Vargas Llosa sigue en la Municipalidad Distrital de Pillco Marca por observaciones del Pronied (Programa Nacional de Infraestructura Educativa) del Ministerio de Educación por la instalación de un ascensor.
«Según las normas, ahora cualquier institución pública de más de 3 pisos debe tener ascensor. El problema era quiénse encargaba del mantenimiento del ascensor. Ya hemos hecho las coordinaciones para que municipalidad asuma esa responsabilidad», dice el directivo confiando que en dos años pueda iniciarse la construcción del nuevo colegio.
Mientras tanto, profesores y alumnos seguirán realizando sus clases en aulas prefabricadas instaladas hace diez años, dos vetustas aulas de tapial y otras cuatro deterioradas de material noble en Potracancha.