Comerciante pide que le dejen vender libros en una esquina de la Plaza de Armas

Durante siete años don Andrés Espíritu Elguera ha sido un vendedor ambulante de libros en la esquina de la Plaza de Armas, frontis del Real Hotel. Pero ahora los serenos lo han obligado a retirarse de la vía pública, mientras un grupo de «antisociales» -como él los llama- siguen en esa esquina vendiendo pulseras y consumiendo alucinógenos.

Don Andrés sostiene que en gestiones anteriores siempre obtuvo un «permiso verbal» para vender en esa esquina «en favor del libro y la cultura»; pero desde hace quince días los efectivos del Serenazgo comenzaron a impedirle la venta.

«Está bien, sé que soy informal, pero ¿por qué me desalojan a mí y no a esas personas antisociales que consumen drogas en la misma esquina?», se pregunta don Andrés Espíritu sin ocultar su indignación con el personal municipal.

El comerciante de libros se refiere a un grupo de individuos que se dedican a la venta y elaboración de pulseras en la esquina de los jirones Dos de Mayo y General Prado y, según dice, consumen marihuana en la vía pública a vista de todos los transeúntes.

Según su testimonio, los serenos no toman medidas contra ellos. «no se puede permitir que en la misma plaza estén consumiendo estupefacientes, ¿qué trato tendrán ellos con el Serenazgo?», dice el comerciante de libros.

     
 

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