Detrás de la mascarilla
Por: Soc. José L. Gabriel Caldas
El pasado 27 de noviembre de 2020, fue publicado en el Diario Oficial “El Peruano”, el Decreto Supremo n.° 031-2020-SA, en el cual se prorroga la declaratoria de emergencia sanitaria, a partir del 07 de diciembre de 2020, por un plazo de 90 días calendarios, declarada por Decreto Supremo n.° 008-2020-SA, prorrogada por Decretos Supremos n.º 020-2020-SA y n.º 027-2020-SA, para reforzar los sistemas de prevención, control, vigilancia y respuesta sanitaria para la atención de la emergencia producida por la covid-19.
Asimismo, en dicha norma se indica que corresponde al Ministerio de Salud, al Instituto Nacional de Salud y al Seguro Social de Salud – EsSalud realizar las acciones inmediatas desarrolladas en el “Plan de acción – vigilancia, contención y atención de casos del nuevo covid-19 en el Perú”, dictando medidas destinadas a garantizar el servicio público de salud en los casos que exista un riesgo elevado o daño a la salud y la vida de las poblaciones.
Esta prórroga del Estado de Emergencia, implica que el Gobierno Nacional, a través del sector Salud, continuará implementando medidas de seguridad y protección, frente al nuevo coronavirus (covid-19), en el país. Este fenómeno, es conocido como la “segunda ola” de contagios y muertes, aunque en otros países ya se vienen hablando de la “tercera ola”, que por cierto en algunas ciudades del país, como la nuestra, se vienen incrementando gradualmente los casos de contagios y muertes.
Cabe indicar, que desde el levantamiento de la cuarentena focalizada en la provincia de Huánuco, se han registrado más de 1500 casos nuevos de covid-19, en apenas un mes y medio, dado a conocer en noviembre por el director de la Red de Salud Huánuco, Alejandro Vicente Quispe. Esta cifra es preocupante. Se estima que seguirá en aumento en el transcurrir de los días, a consecuencia de la irresponsabilidad de la población, que se resiste a cumplir las medidas y protocolos de bioseguridad.
El levantamiento de la cuarentena focalizada en el país, a pesar que se celebró con gran alegría y entusiasmo, no todo fue color de rosa; al parecer existió y sigue existiendo una mala interpretación o conocimiento de la población, que ha entendido el levantamiento de la cuarentena, como si el Estado de Emergencia estaría levantada, y peor aún, como sería el fin de la covid-19, que trajo como consecuencia la ampliación del Estado de Emergencia. Este desconocimiento de la población sigue siendo preocupante, aquí vuelvo a incidir que el Ministerio de Salud debe poner mayor énfasis en concientizar y sensibilizar a la población, con la colaboración de los medios de comunicación.
La población peruana debe entender por fin que el levantamiento de la cuarentena focalizada fue dado con exclusividad para fines económicos, para reactivar la economía tan golpeada en el país. Esto debido al aumento de la pobreza en grandes sectores, para controlar el crecimiento de la actividad informal, para promover el empleo formal y reiniciar paulatinamente las actividades de los sectores productivos y los servicios gubernamentales.
La citada prórroga, significa que se continuará con los protocolos de bioseguridad y otras medidas, como el distanciamiento social, el uso de mascarilla, respetar el toque de queda, lavado de manos, uso de alcohol, entre otros. Estas medidas son importantes para que la curva de contagios y muertes no vuelva a incrementarse como los meses pasados, por lo menos hasta que se levante el próximo año el Estado de Emergencia y hasta que llegue la ansiada vacuna contra la covid-19.
Es importante tener en cuenta la siguiente recomendación, efectuada por el Minsa: Si la covid-19 se propaga en su comunidad, manténgase seguro mediante la adopción de algunas sencillas medidas de precaución, por ejemplo, mantener el distanciamiento físico, llevar mascarilla, ventilar bien las habitaciones, evitar las aglomeraciones, lavarse las manos y, al toser, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo. Consulte las recomendaciones locales del lugar en el que vive y trabaja.
Una de las medidas de protección contra la covid-19, dados por el Minsa, es el uso de la mascarilla (o cubrebocas), para la prevención de la transmisión del virus que no sustituye a las demás, por lo que su recomendación debe ir asociada a garantizar unas buenas prácticas que avalen el cumplimiento de la distancia física de al menos 1,5 metros entre personas, una higiene de manos frecuente con agua y jabón o soluciones hidroalcohólicas, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado al toser o estornudar, usar pañuelos desechables (y tirarlos tras su uso), así como evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
Las mascarillas, son materiales de uso médico, que juntamente con el alcohol y el jabón, son los que más utilizan la población para fines de protección contra el contagio de la covid-19, desde iniciada la pandemia, produciendo grandes ganancias incalculables a las industrias farmacéuticas y de producción de insumos de limpieza en el mundo. El objetivo fundamental del empleo de una mascarilla higiénica o quirúrgica es evitar la posible transmisión de la infección desde un paciente infectado, sospechoso o asintomático, al resto de la población.
Hay una enseñanza muy buena a manera de reflexión, que es importante expresar, poniéndome en primera persona: Uso la mascarilla cuando salgo por tres razones: 1) Por humildad: “No sé si tengo covid-19 y sabemos que las personas transmiten la enfermedad antes de los síntomas”; 2) Por amabilidad: “No sé si la persona al lado mío tiene un hijo batallando con el cáncer o cuida a su mamá adulta mayor. Aunque yo estoy bien, ellos no”; Por comunidad: “Quiero que mi comunidad salga exitosa, los negocios se mantengan abiertos y los trabajadores se mantengan sanos”.
Pero ¿qué hay detrás de las mascarillas, aparte de las millonarias ganancias de las industrias farmacéuticas y de producción de insumos de limpieza en el mundo?, ¿qué esconden las mascarillas?, y ¿qué personalidades están detrás de las mascarillas? En respuesta, se puede describir que detrás de estas mascarillas están y esconden de todo un poco, a personas temerosas, preocupadas, buenas, malas, responsables, irresponsables, egoístas, altruistas, egocéntricas, guerreras, soñadoras, exitosas, frustradas, sollozantes, generosas, probas, desilusionadas, cariñosas, amables, ariscas, melancólicas, cultas, incultas, cristianas, agnósticas, pudientes, vulnerables, entre otras.
La lógica ahora debe ser llevar en todo este proceso una “emergencia responsable”, estos enunciados deben ser impartidos en toda la población porque ahora se pone mayor énfasis al cuidado comunitario, promover una ciudadanía responsable, tomarlo con responsabilidad y no bajar la guardia. Asimismo, la población debe actuar con mayor responsabilidad. Estas buenas acciones contribuirán a la reducción y/o estancamiento de las cifras de contagios y muertes en nuestro país. Protegernos del contagio covid-19, es tarea de todos (CHHBMM). Yo me cuido, nos cuidamos todos.