Diez mil platos de locro “gratis”

Andrés Jara Maylle

El Gobierno Regional ha ofrecido distribuir DIEZ MIL platos de locro gratis en el Festival de los Negritos de Huánuco que se llevó a cabo ayer en el estadio del Complejo Deportivo de Paucarbamba. Así, todos los asistentes no solo disfrutarían de un gran espectáculo de color, música y danza, sino también lo harían con la barriga llena. Como en los antiguos tiempos de la vieja Roma, pan y circo: dos condimentos perfectos para apaciguar a la plebe.

Pero ya sabemos, parafraseando el aforismo que popularizó Friedman, que nada es gratis en esta vida, menos un plato de locro. Alguien debe asumir el costo.

Por eso hagamos a grandes rasgos un aproximado de lo que cuesta los diez mil platos de nuestra emblemática gastronomía para tener en cuenta cuánto se ha gastado.

Primero lo primero. Suponiendo que el plato no es ni pequeño ni grande, sino uno mediano, a razón de cuatro presas por kilo, se necesitan 2 500 kilos de res (dos toneladas y media o 12 o 13 reses sacrificadas). Ahora bien, si el precio del kilo de res, al por mayor es de trece soles, entonces el gasto total llegaría a 32 500 (treinta y dos mil quinientos soles).

Segundo. Si un kilo de papa alcanza para dos platos, entonces se necesitan 5 000 kilos (cinco toneladas de este tubérculo).  Al precio actual de un sol por kilo, la suma ascendería a 5 000 (cinco mil soles)

Tercero. Para diez mil platos se necesitan unos trescientos kilos de cebolla. El precio por ahora de este producto ronda los 2 soles. Así la suma total en cebollas sería de 600 (seiscientos soles).

Cuarto. Consultando a buenas cocineras, ellas coinciden que para preparar el riquísimo ñahuín, santo y seña del bendito locro, se necesita un aproximado de cuatro galones de aceite. En el mercado se puede encontrar a 40 soles el galón. Por tanto, el gasto total para este producto llegaría a 160 (ciento sesenta soles).

Quinto. Lo llamaremos simplemente «otros gastos». Aquí se suman ají colorado, condimentos varios, utensilios descartables, combustible, personal, etc. y etc. Todo ello ascendería a un aproximado de 300 (trescientos soles).

AHORA BIEN, si sumamos todos estos gastos: los 32 500 de res, más 5 000 mil de papas, más 600 de cebollas, más 160 de aceite, más 300 de otros gastos, la suma total sería de 38 560 (TREINTA Y OCHO MIL QUINIENTOS SESENTA SOLES).

La pregunta, entonces, se cae de madura: ¿Quién asume este gasto oneroso? Las probables respuestas serían las siguientes.

Primero. Si el dinero sale de los bolsillos del gobernador, o de los consejeros adeptos, o de los altos funcionarios, no habría nada que decir. Por el contrario, todos ellos se merecerían, por su noble corazón, una felicitación teniendo en cuenta su actitud loable, abnegada y desprendida. Y punto.

Segundo. Si los gastos se han hecho con algún presupuesto o recursos de la institución, esto sería un despilfarro, pues al margen del noble objetivo, hay cosas más urgentes en qué gastar. 38 560 soles serían más útiles y mejor gastados en veredas, computadoras para los colegios, implementación de bibliotecas, etc.

Tercero.  También es probable que algún empresario, empresucio o empresaurio haya «donado» dinero o especies para la elaboración del monstruoso locro. De haberse dado dicha «donación», como es obvio, esta nos es gratuita. El «caritativo empresario» estaría pagando o comprando algún favor inminente.

Ese favor podría ser, por ejemplo, un ilegal direccionamiento de tal o cual obra. Y ello, en su momento, implicaría que para recuperar ese «gasto» los trabajos se harían mermando la calidad. Solo así se puede explicar que los techos de escuelas, colegios, postas médicas que realizan estos «empresarios», en tiempos de lluvias se convierten en auténticas coladeras, en el mejor de los casos; en el peor, la obra terminada se llena de rajaduras aún antes de haberse inaugurado.

Y como en realidad todo el dinero que se presupuesta para obras sale del impuesto que paga cada ciudadano, los DIEZ MIL platos (rotos) de locro lo estaría pagando cada huanuqueño que respira el aire de esta bella tierra.

Entendámoslo. Nada es gratuito. Todo, absolutamente todo, lo pagamos nosotros. Amén.

Huánuco, 19 de enero de 2025.

 

     
 

Deja una respuesta