Gaza, y la urgencia de un gesto de humanidad

De festivales de la canción sé poco, de los internacionales casi siempre estoy atento al de Viña del Mar, aunque a decir verdad mi interés solo se centra en la actuación de los cantantes peruanos que participan y, un poco menos, en los artistas internacionales invitados.
Otro festival que en algún tiempo concitó mi atención, sin que recuerde bien que lo motivó, fue San Remo, en Italia, y en nuestro país el más afamado fue el de Ancón, cuya última edición, leo en Wikipedia, fue en 1984.
Hago esta remembranza a propósito del Festival de la Canción de Eurovisión 2025, que de pronto lo vi aparecer en la sección internacional de los medios en versión digital que suelo leer por un entredicho que me sorprendió.
El caso es el siguiente, durante la transmisión del festival los narradores de RTVE, la televisión pública española, Julia Varela y Tony Aguilar, se refirieron a la invasión de Israel en Gaza, informando que RTVE ha solicitado a Eurovisión un debate sobre la participación de Israel en el festival, teniendo en cuenta, dijo Aguilar, que las víctimas por los ataques israelíes superan «las 50.000 y, entre ellas, más de 15.000 niños y niñas, según Naciones Unidas».
Su compañera, Julia Varela, agregó que «esta no es una petición contra ningún país, es un llamamiento por la paz, la justicia y el respeto a los derechos humanos, acorde con la vocación integradora y pacífica del Festival de Eurovisión».
Lo dicho por Aguilar y Varela es verdadero, pudiéndose decir además que se trata de una sucesión de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad que, habiendo empezado tras el ataque terrorista de Hamás en Israel, el 7 de octubre de 2023, matando a más de 1400 personas que precisamente participaban en un festival de música, continuó con la brutal respuesta del gobierno israelí que desde entonces bombardea Gaza asesinando indiscriminadamente a palestinos, y condenando a los sobrevivientes a morir de hambre.
Sin embargo, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del festival, no tuvo mejor idea que reaccionar advirtiendo a RTVE que se les multaría si sus comentaristas volvían a referirse al genocidio en Gaza.
La polémica generada en torno a este tema trascendió, y sacó a relucir otros aspectos como la coherencia y consistencia de sus posicionamientos pues, aunque desde Eurovisión afirmasen que «la UER es una asociación de organismos emisores de servicio público, no de gobiernos», para justificar su supuesta neutralidad o como se le llame, no aplicaron el mismo criterio cuando se vetó la participación de Rusia en la competencia musical, tras su invasión a Ucrania.
RTVE respondió a la amenaza de la UER con un mensaje publicado al empezar la final de Eurovisión que, en letras blancas sobre un fondo negro, decía: «Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción. Paz y Justicia para Palestina».
A la representante de España, la cantante Melody, no le fue bien en el concurso, pero, aunque ella misma no lo haya provocado creo que su país, a través de lo declarado por sus comentaristas, y el respaldo institucional que recibieron de RTVE acorde con la posición del gobierno español, merecen el mayor aplauso.
Porque, como declaró Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España, no se puede permitir dobles estándares, ‘tampoco en la cultura’ y debemos ser solidarios con los pueblos de Ucrania y de Palestina «que están viviendo la sinrazón de la guerra y del bombardeo».
Porque, como dijera Desmond Tutu, si somos ‘neutrales’ ante las injusticias, hemos elegido el lado del opresor. El silencio ante la hambruna y el genocidio en Gaza es complicidad. Es urgente acabar con la barbarie, y sino un festival ojalá que, al menos, nos comprometamos con un gesto de humanidad.