Gobernar no es improvisar

Econ. Aldo Reyes Viviano
Consultor en gestión pública descentralizada

La reciente instalación de rompemuelles en distintos puntos de la ciudad de Huánuco no solo ha alterado el tránsito, sino que ha puesto en evidencia una forma de hacer gestión que lamentablemente se repite: sin estudios, sin participación ciudadana y sin rendición de cuentas. En lugar de soluciones sostenibles, se imponen decisiones que afectan negativamente la calidad de vida de los ciudadanos. Cuando se gobierna de espaldas a la ciudadanía, el resultado no es solo ineficiencia, sino también pérdida de legitimidad. La ciudad no necesita más cemento mal colocado, necesita liderazgo con visión y responsabilidad. Porque improvisar con fondos públicos es fallarle al pueblo que confió en sus autoridades.

La controversia sobre la instalación de rompemuelles (reductores de velocidad) en la ciudad de Huánuco no es solo un debate técnico o presupuestal, sino el reflejo de problemas en la gestión pública local. El Colegio de Arquitectos del Perú – Consejo Regional Huánuco lo ha señalado con claridad: la colocación de estos elementos viales se está realizando sin estudios previos, sin señalización adecuada y sin criterios técnicos mínimos. La improvisación es la regla, no la excepción. No existen informes públicos sobre siniestralidad, estudios de tránsito ni procesos de consulta ciudadana que justifiquen la ubicación y cantidad de rompemuelles instalados. Esta ausencia de planificación no solo vulnera los principios básicos de la gestión urbana, sino que también genera impactos negativos inmediatos: congestión vehicular, aumento de los tiempos de traslado, accidentes y daños materiales en vehículos.

La improvisación en la ubicación y construcción de rompemuelles ha generado cierres intempestivos de calles, mayor congestión, accidentes y daños a vehículos, afectando la rutina diaria de miles de ciudadanos. Este desorden impacta no solo en la calidad de vida, sino también en la economía local: el tiempo perdido en el tráfico, los costos de reparación de vehículos y la reducción de la eficiencia en el transporte de personas son algunas externalidades negativas que no han sido consideradas en la decisión municipal.

No basta con instalar rompemuelles; es fundamental que estos cumplan con especificaciones técnicas rigurosas para evitar daños y accidentes. Las denuncias sobre rampas mal niveladas, desniveles abruptos y falta de señalización no solo evidencian una mala ejecución, sino que representan un riesgo real para conductores y peatones.

La gestión pública debe regirse por la transparencia y la rendición de cuentas. El costo de la instalación de 26 rompemuelles asciende a S/. 390 mil soles, es decir, alrededor de S/. 15 mil soles por unidad. Sin embargo, la Municipalidad no ha publicado los expedientes técnicos ni los contratos correspondientes, alimentando la desconfianza ciudadana y las sospechas de sobrecostos y favoritismos. La transparencia, pilar fundamental de la gestión pública moderna, ha sido reemplazada por el silencio institucional. ¿Quién asume la responsabilidad por los defectos constructivos reportados? ¿Por qué se prioriza esta inversión en vez de atender el deterioro de las vías o implementar soluciones más sostenibles?

La decisión de instalar rompe muelles en zonas de alta congestión, evidencia la falta de una visión estratégica. En vez de contribuir a la seguridad vial, estos elementos pueden agravar el problema, haciendo más lento el flujo vehicular y generando malestar entre transportistas y peatones. La ciudadanía reclama, con razón, que antes de invertir en rompemuelles, la prioridad debió ser la reparación de las calles y la mejora de la señalización.

Huánuco carece de una estrategia que articule el transporte público, la infraestructura vial, la seguridad vial y la participación ciudadana. Otras ciudades han demostrado que la solución no está en multiplicar los rompemuelles, sino en implementar sistemas de fiscalización electrónica, pasos peatonales seguros, mejoramiento de la señalización y educación vial. Sin este enfoque, las intervenciones seguirán siendo parches costosos y poco efectivos.

La molestia generada por la instalación de rompemuelles en la ciudad de Huánuco debe ser una oportunidad para repensar la gestión urbana y esto pasa esencialmente por:

Exigir estudios técnicos y procesos participativos para toda intervención vial.

Transparentar la información sobre la ejecución de proyectos de inversión pública y permitir la veeduría ciudadana.

Priorizar inversiones en mantenimiento vial, señalización y sistemas modernos de control de velocidad basadas en necesidades reales y no es decisiones unilaterales o presiones coyunturales del gobierno nacional.

Desarrollar y ejecutar un Plan Integral de Movilidad Urbana Sostenible, alineado con las necesidades reales y la visión de futuro de la ciudad.

La instalación desordenada de rompemuelles es solo la punta del iceberg de una gestión pública que necesita urgentemente planificación, profesionalización y transparencia. La ciudadanía merece soluciones de fondo, no remedios improvisados que terminan agravando los problemas que se buscan resolver. La gestión pública en Huánuco enfrenta un serio desafío: pasar de la improvisación a la planificación y la transparencia. La instalación desordenada de rompemuelles no es solo un problema de tránsito, sino el síntoma de una administración que aún no asume plenamente su responsabilidad de gobernar para el bien común, escuchando a la ciudadanía y respetando el conocimiento técnico. La solución no está en más cemento, sino en más diálogo, planificación y rendición de cuentas.

     
 

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