La psicología y la capacidad de diagnosticar

Director Instituto Peruano de Psicología Política
La psicología está demasiado presente en la vida de las personas. En estos tiempos, recurrir al psicólogo para obtener orientación y ayuda en los distintos campos de la vida humana que tienen que ver con la conducta humana, es cosa de todos los días. Tal es, que la psicología se abre paso en las diferentes dimensiones de la sociedad y la vida humana.
Sin embargo, la psicología, en cualquier ámbito social, no puede ser entendida sin su base clínica y neurológica, la cual es concomitante al desarrollo mismo de su praxis y disciplina profesional; es por ello que su estudio dentro de la carrera profesional está insertada con claridad; y para el ejercicio de la práctica clínica, su profundización y especialización resultan necesarias. Los psicólogos no son médicos; pero, sin lugar a dudas, ejercen procedimientos de tipo médico en el ejercicio y prestación de sus servicios profesionales para contribuir a resolver los problemas de las personas.
Asumiendo ello, es totalmente comprensible que en el último fin de semana se hayan producido manifestaciones pacificas en todo el país en rechazo a un pronunciamiento y pedido del Colegio de Médicos, quienes exhortan, o mejor dicho exigen, al Congreso de la República que no apruebe la modificación de la ley n.° 30947 “Ley de Salud Mental” la cual, en su capítulo VI y articulo 25, indica que el diagnóstico y la determinación de un problema de salud mental la realiza un médico psiquiatra colegiado y en su ausencia, un médico cirujano. Esta ley, presentaba (como es evidente) una falla, pues pese a que la misma ley considera que los problemas de salud mental comprenden los problemas psicosociales y los trastornos mentales y del comportamiento, sólo dejaba la competencia diagnóstica al profesional médico y no al psicólogo. Ante ello, el cuerpo organizado de psicólogos ha promovido una modificación de la ley, en la cual se permita al profesional especializado de psicología realizar dichos diagnósticos, dado el carácter multifactorial de los problemas de salud mental. Dicha modificación fue aprobada en la Comisión de Salud del Congreso y será votada próximamente en el pleno parlamentario.
Más respeto propio y dignidad a la condición de psicólogos por favor»
La pregunta que debemos hacernos es: ¿Se puede iniciar un tratamiento psicológico sin una previa diagnosis del caso? Evidentemente, eso no sería posible.
La oposición del Colegio Médico parece estar motivada por una vocación fagocitaria y hegemónica del procedimiento clínico, mediante la cual buscan arrinconar —mucho más de lo que ya están— a todos los psicólogos que desarrollan sus labores en el área clínica, reduciendo la práctica profesional del psicólogo a la mera asistencia complementaria de un procedimiento para el cual la formación médica, salvo la especialización psiquiátrica, no están plenamente preparados. Tal es la pretensión de los médicos, que consideran que, ante la ausencia de un médico psiquiatra, sea un médico cirujano quien deba hacer el diagnóstico de un problema de salud mental. Es decir, se enfoca más en proteger y ampliar su espacio laboral que en abordar con seriedad los casos que representarían los llamados problemas de salud mental.
Ante ello, corresponde que los profesionales de psicología defiendan su espacio laboral en el área clínica; más aún cuando todos deben realizar un Serums obligatorio, con plazas numéricamente escasas al extremo de ser hasta ridículas, para luego ser despreciados en el ejercicio clínico. Eso resulta inaudito, y lamentablemente muchos profesionales de psicología caen en la trampa de banalizar su ejercicio profesional y reducirlo a meras campañas de abrazos, marchas de sensibilización y actividades lúdicas que se mezclan con una serie de actividades y prácticas terapéuticas propias de la chamanería y la motivación. Más respeto propio y dignidad a la condición de psicólogos por favor. Todos los psicólogos deberían estar en las puertas del Congreso cuando se vote dicha modificatoria.
Finalmente, consideramos que la psicología aporta mucho al desarrollo de la humanidad y al reto que esta tiene para afrontar el futuro, al igual que los médicos; pero, debe abrirse a la perspectiva de asumir el reto de forjar una verdadera salud psicológica, ayudando a las personas a desarrollar competencias y habilidades para superar los retos de vivir y alejarse de ese concepto de salud mental que a estas alturas, según definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), resulta una pretensión quimérica y evidentemente ideológica. Ese es un diagnóstico vital que está pendiente de generalización.