Palabra de candidato
«Cualquier parecido con la coincidencia, es pura realidad».

«Pueblo mío, pueblo amado, pueblo ínclito. Aquí me presento ante ustedes con los brazos abiertos, con el corazón abierto y, sobre todo, con el puño en alto para decirles mi más pura verdad. Mi única verdad: necesito el apoyo de cada uno de ustedes, y especialmente necesito de sus votos para cumplir con mi sueño largamente acariciado: llegar, por fin, a ser una autoridad a su servicio».
«Para comenzar, tengo un gran plan para sacar no a ustedes, sino a mí, a mi familia y a mis amigos, del atraso económico en que nos encontramos. Crearé veinte mil puestos de trabajo, no sé cómo ni de dónde. Allí serán ubicados en orden y prioridad todos mis ayayeros y mis cargasacos, que son bastantes. También, claro está, ubicaremos en puestos claves y al día siguiente que tomo el mando, a los amigos y familiares de mi selecta plana de regidores. Porque ellos fueron seleccionados teniendo en cuenta el aporte, la guita, la plata en efectivo que han donado para mis bolsillos».
«Construiré para la ciudad un par de hospitales, tres colegios, reservorios de agua en cada asentamiento humano, una ancha carretera por el cerro de enfrente, asfaltaremos todas las pistas y veredas que faltan y dotaremos de terminales terrestres en cada salida».
«El par de hospitales lo hará mi propia constructora (porque si no lo saben, yo soy un exitoso empresario), claro que con otro nombre, con otra razón social, bien camuflado y con testaferros para que nadie se dé cuenta. Elevaré el presupuesto siquiera unos buenos milloncitos más para que quede una buena ganancia para mí y para mi gente. Y si eso no es suficiente paralizamos la construcción y haré adendas ampliando su presupuesto. Los colegios los hará mi compadre y amigo que me está financiando la campaña (en verdad tengo varios financistas que están gastando generosamente su platita). Con esas obras no solamente recuperarán lo gastado, sino también deberá caerme mi diezmito. Todo en efectivo, disimulado en bolsas plásticas; nada de cheques ni depósitos bancarios: eso deja huellas que conducen a la cárcel».
Elevaré el presupuesto siquiera unos buenos milloncitos más para que quede una buena ganancia para mí y para mi gente. Y si eso no es suficiente paralizamos la construcción y haré adendas ampliando su presupuesto»
«Los reservorios serán para los aportantes menores, para mantenerlos a raya a esos pedilones y de paso, para tenerlos con la boca callada a ustedes, pueblo amado. Quieren agua, ¿verdad? Yo les daré un reservorio. Ya ustedes verán cómo lo llenan. La carretera, es otra cosa. Para eso hay que ir a conversar con la gente de peso en el ministerio, hay que transar, dinero en mano, en las altas esferas de papá gobierno. Y si sale esa obra, todos nos forramos. No sé si se terminará en mi mandato, lo importante es que se presupueste y se ponga la primera piedra para que llegue algo de cash a mis bolsillos».
«Ustedes, pueblo idolatrado, merecen buenas pistas y veredas en sus calles. Yo haré esas obras con mis compinches constructores, les haré ganar las licitaciones, previó adelanto del diezmo (sin ese cariño nada funciona) y harán pistas y veredas a su manera, con materiales de mala calidad para ahorrar plata, con una capa asfáltica al mínimo posible. Esas pistas seguro no soportarán el próximo invierno, en breve tiempo se convertirán en zanjas y huecos enormes, eso qué importa, si el gasto ya está hecho. Lo importante es que todos (me incluyo) terminaremos con los bolsillos llenos».
«Que el caos vehicular aquí es endemoniado, que nuestras calles están saturadas de paraderos de colectivos formales e informales, que la carretera central ha colapsado, que no tengamos ni pensamos tener un centro cívico, un gran museo donde mostremos las glorias de nuestros antepasados, una respetable biblioteca. Eso, pueblo querido, qué importa, si somos un pueblo moderno. Que no tengamos parques bien atendidos, que no plantemos ni un solo árbol. Eso no vale nada, porque nuestras oficinas públicas estarán llenas de mi gente que se está fajando por mí en esta campaña».
«Como ustedes bien saben, todo cuesta en esta vida y traerlos hoy hasta esta plaza cutricentenaria tiene un costo bien elevado. Los cientos de bayateros que nos acompañan, han recibido su billetito o su ración de gasolina; la gente que como ustedes que llevan en alto banderitas con nuestro símbolo también han sido convenientemente encariñados, las muchas camionetas 4×4 que han participado en la caravana más grande jamás vista son de nuestros queridos empresarios quienes sí tendrán la prioridad en mi gobierno».
«Por eso, pueblo egregio, pueblo excelso. En esta hora suprema, pido humildemente tu apoyo, solicito encarecidamente tu voto. Te he hablado de manera franca y directa, con el corazón en la mano y sé que he llegado al tuyo. Por eso sé que apoyarás mis propuestas claramente establecidas. Yo, de ser posible, pondré el pecho y daré mi vida por cada uno de ustedes. Esa es mi voluntad a escasos 15 días de las elecciones en donde, por fin, coronaré mis sueños tantas veces postergados».
«Palabra de candidato…»
Huánuco, 18 de setiembre de 2022.