¡Salve oh Huánuco, tierra bravía!

Econ. Aldo Reyes Viviano
Consultor en gestión pública descentralizada

Autoridades, queridas huanuqueñas y huanuqueños, hoy celebramos 485 años desde que nuestro querido Huánuco fue fundado, una ciudad que desde sus inicios ha sido bendecida con una riqueza cultural incomparable, danzas que narran la historia de nuestros antepasados, tradiciones que nos definen, un clima que acaricia el alma y un potencial turístico y agroindustrial que es la envidia de muchos. Sin embargo, mientras celebramos la grandeza de nuestra tierra, no podemos ignorar las sombras que aún persisten.

Somos un territorio lleno de potencialidades y una ubicación geográfica privilegiada. Pero, por otro lado, enfrentamos realidades duras: la pobreza monetaria y la pobreza multidimensional aún siguen golpeando a muchos huanuqueños y huanuqueñas, la baja competitividad que limita nuestro crecimiento y las brechas de infraestructura y de servicios frenan nuestro desarrollo.

Hoy, más que nunca, debemos reconocer que el futuro de Huánuco no está en manos de aquellos que cada cuatro años nos ofrecen promesas imposibles de cumplir y carentes de visión estratégica y prospectiva. La solución a nuestros problemas está en nosotros, en nuestra capacidad de unirnos como sociedad y tomar acción decidida.

Somos herederos de una historia rica y compleja, y tenemos la responsabilidad de escribir los próximos capítulos con valentía e hidalguía. No podemos permitir que la inacción y la indiferencia nos definan, tal como lo expuso Esteban Pavletich en su Autopsia de Huánuco allá por los años 1937.

El cambio que Huánuco necesita comienza en cada ciudadano, en cada hogar, en cada barrio, en cada organización que se atreve a soñar con un futuro mejor. Debemos empoderar a nuestras familias, fortalecer nuestra educación, apoyar a nuestros emprendedores y preservar nuestras potencialidades y tradiciones con orgullo, no solo como un legado del pasado, sino como un pilar de nuestro desarrollo.

Cada uno de nosotros tiene un papel fundamental que jugar en este proceso. No podemos esperar a que otros hagan lo que nos corresponde. Debemos ser protagonistas de nuestro propio destino, ser esa chispa que encienda una llama de esperanza en todo Huánuco.

Imaginemos por un momento lo que podría ser Huánuco si todos trabajamos juntos: una ciudad donde la pobreza es solo un recuerdo lejano, donde la competitividad se incrementa, donde nuestras brechas de infraestructura y de servicios se cierran gracias a una educación y salud de calidad. Este no es un sueño imposible; será una realidad si nos comprometemos a trabajar articuladamente deponiendo intereses personales y de grupo y privilegiando el interés general de la población.

Hago un llamado no solo a celebrar este aniversario, sino a reflexionar y sobre todo a actuar. A comprometernos con el Huánuco que queremos para para las futuras generaciones. No dejemos que el peso de nuestros problemas nos derrote; usemos ese peso para tender puentes hacia un futuro más justo y equitativo.

Huánuco no es solo un lugar en el mapa, es el latido de cada uno de nosotros. Es nuestra historia, nuestro presente, y juntos, puede ser un futuro lleno de oportunidades para nuestros hijos. No dejemos que nada ni nadie nos detenga en este camino.

Hoy más que nunca, es necesario que como ciudadanos asumamos un rol activo en la construcción de un Huánuco más inclusivo y competitivo. Que este nuevo aniversario sea el punto de partida para un compromiso renovado con nuestra identidad y con el desarrollo sostenible. El camino no es fácil, pero juntos podemos transformar los retos en realidad.

Es momento de reflexionar sobre el camino que hemos recorrido y, sobre todo, el que nos queda por delante. Para lograr el desarrollo integral de Huánuco, es fundamental fortalecer la gobernanza pública entre los distintos niveles de gobierno (nacional, regional y local), la academia, el sector empresarial, la sociedad civil y la población en general para diseñar e implementar políticas que respondan a las necesidades de nuestra población.

Es tiempo de dejar de lado las diferencias y construir sobre la base del diálogo y el consenso. Necesitamos que los líderes de cada nivel de gobierno se comprometan con la transparencia, la participación ciudadana y la rendición de cuentas, porque la gobernanza efectiva no es solo tarea de unos pocos, sino de todos nosotros.

Este aniversario debe ser un punto de inflexión, donde renovemos nuestro compromiso de trabajar juntos para sacar a Huánuco de la pobreza y avanzar hacia un futuro más competitivo y próspero. Unidos, con una visión compartida, lograremos el ansiado desarrollo que aún es una tarea pendiente de todos.

¡Feliz aniversario, Huánuco! ¡Sigamos adelante con unidad, esfuerzo y esperanza!

     
 

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