Tampoco tampoco

Claudia Hübner Mendieta

El 17 de marzo de este mismo año, el Tribunal Constitucional Peruano acordó restablecer el indulto humanitario otorgado a Alberto Fujimori durante el gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski. Esto sucedió después de la presentación de un recurso de habeas corpus de parte del abogado del expresidente. Grandes grupos de ciudadanos pasadas las horas empezaron a demostrar su descontento con la decisión, en especial los familiares de las víctimas de los casos de Barrios Altos y La Cantuta, por los cuales Fujimori fue condenado. Creo que a todos nos ha parecido tener un déjà vu con estos últimos eventos, ya que si hacemos memoria podremos recordar que el mismo indulto, el cual hoy genera tanta polémica, fue anulado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el 2018.

A finales del 2017, el presidente peruano conocido popularmente como PPK, otorgó el indulto humanitario a Fujimori debido a sus cuantiosos problemas de salud, entre los cuales se encuentran el cáncer de lengua, gastritis hemorrágica, hipertensión, entre otros. No obstante, tiempo después, la CIDH se pronunció al respecto y con justa razón pues, al otorgársele el indulto a Fujimori se incumplía el deber peruano de investigar, juzgar y sancionar los derechos violados en los casos en los que Fujimori fue acusado: Barrios Altos y La Cantuta. En consecuencia, al aprobar este indulto se invalidaba el derecho a la justicia de las víctimas de los casos mencionados. Por esta razón, el indulto fue anulado y Fujimori volvió a la cárcel después de algunos meses de temporal libertad.

No obstante, el habeas corpus que le exige la restitución del indulto actualmente, lo cambió todo. De manera sorpresiva el Tribunal Constitucional votó a favor y ganó con 4 votos de 7, el aceptar la solicitud de la garantía constitucional y de esta manera dejó invalidada la decisión ya tomada por la CIDH años atrás. Cabe resaltar que el mismo procedimiento llevado a cabo en 2018 se ha repetido. La Asociación de Pro-Derechos Humanos ha presentado la decisión tomada respecto al indulto a la CIDH, por lo que se puede deducir que, en unos meses, la situación será la misma que antes de la presentación del habeas corpus y el indulto sea invalidado nuevamente.

La verdadera pregunta sería si vale la pena haber intentado nuevamente validar ese indulto aún con el conocimiento de que el resultado, muy probable en el que desembocará esta historia, será el mismo que ya conocemos. Desde mi perspectiva sí vale la pena, pues si yo fuera Fujimori, o alguno de sus hijos, lucharía hasta el final por la libertad de uno de mis seres queridos, aún si sé los delitos de los cuales es acusado. Así mismo, me parece que el indulto a Fujimori, por razones de salud es muy válido, pues se sabe que padece de diversas enfermedades y su edad ya es muy avanzada. Sin embargo, todo este compadecimiento termina en el punto en el cual sus delitos han puesto en peligro a la humanidad y los derechos de muchas otras personas, argumentos válidos para la CIDH. Cabe recordar que, a parte de los casos ya mencionados por los cuales Fujimori ha sido sentenciado, él también fue condenado por la participación en el secuestro de un periodista y un funcionario, además de la más que recordada sentencia por corrupción.

Sinceramente, me parece muy vergonzosa la situación que el Perú está viviendo, condenado a repetir la misma historia que se vivió años atrás una vez más. Creo que todos ya sabemos cuál será el desenlace de esta historia, dado que estemos a favor o en contra de este caso, la realidad objetiva es que la CIDH ya tomó la decisión en el 2018 y en este mundo nada se puede hacer en contra de lo avalado por la ley.

     
 

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