Informe y peligro
El desplome de un bloque de cerro sobre el río Marañón, en los límites de los distritos de Singa y Chavín de Pariarca, en la provincia de Huamalíes, ha sido atribuido —hasta ahora— a la intensa actividad minera ilegal que se registra en el lecho y orillas del río Marañón y a los pies de los cerros.
Lo sucedido no debería quedar sin una explicación técnica. Tanto Defensa Civil como el Ministerio de Energía y Minas deberían impulsar un estudio de la zona con especialistas de Ingemet en pos de conocer la verdad de los hechos. Eso, independiente de que la Fiscalía y Policía investiguen e interroguen a quienes pudieron estar al momento de que el cerro se vino abajo. ¿Qué hacían ahí las víctimas?, ¿Quiénes eran y a qué se dedicaban los desaparecidos?, ¿Hubo detonaciones en el lugar o inmediaciones?, ¿Había campamentos en las laderas del cerro?
Es cierto que ese informe no devolverá la vida a nadie, ni revertirá el daño ambiental causado por el desplome de millones de toneladas de detritos; pero, sí puede servir para que las autoridades tomen decisiones, impulsen acciones y la comunidad tenga una información técnica y científica de lo que pasó en Cachca.
Independientemente de eso, los alcaldes de los pueblos asentados aguas abajo del Marañón no deberían bajar la guardia sobre el desembalse, pues una lluvia podría devenir en un huaico con consecuencias lamentables. El peligro aún no ha pasado.