Las opciones de Castillo

A través de un comunicado público, Perú Libre le ha pedido al presidente de la república, Pedro Castillo, que renuncie a ser militante de dicho partido político con el que ganó las elecciones del año pasado que lo llevaron a instalarse en Palacio de Gobierno; de lo contrario será sometido a un proceso administrativo disciplinario que —se entiende— terminará con su expulsión.

Los cargos que ha lanzado el Comité Ejecutivo Nacional, la Bancada y la Comisión Política de dicho partido en contra de Castillo son bastante delicados: promover la ruptura de la unidad partidaria, fracturar la bancada congresal, incitar a la disidencia de la bancada y partido y promover la inscripción de dos partidos políticos paralelos dentro del seno partidario.

También, que su Gobierno no es consecuente con lo prometido en la campaña, tampoco con el programa e ideario del partido. En resumen: ¡traidor!. Castillo ha dicho que en las «próximas horas» dará a conocer su respuesta a tremenda invitación. Pero, tal parece, tampoco tiene opciones.

Ahora bien, la ruptura de Castillo con Cerrón (dueño de Perú Libre) puede ser, en las circunstancias que atraviesa, una bomba de oxígeno a su gobierno, la oportunidad del punto de quiebre y mejorar su administración convocando a profesionales calificados a su gabinete. Otra opción es que convoque a elecciones generales, pues con Perú Libre aliado del fujimorismo y otros le será imposible gobernar. Esas son las opciones de Castillo, ahora.

     
 

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