El «zombie scrolling», una nueva enfermedad
La tecnología es hermosa; eso es algo que jamás pondremos en duda. Pero, ¿hasta dónde podremos permitir que nos consuma y que nos convierta en verdaderos zombis?
Con los medios digitales surgen nuevas enfermedades, quizá porque la tecnología digital consume mucho de nosotros haciendo que debe entenderse como la aparición de una nueva droga. Al igual que los traficantes callejeros de sustancias que buscan enganchar a sus clientes con el fin de aumentar sus ganancias, los diseñadores de plataformas como Instagram o Facebook buscan enganchar a los usuarios usando todo tipo de algoritmos e innovaciones en el diseño (a veces incluso basándose en técnicas de neurociencia para activar el sistema de recompensa de dopamina en el cerebro).
Y por muy exagerado que parezca, no está alejado de la realidad.
El «zombie scrolling» consiste básicamente en ese acto automático de seguir «escroleando» ( viene de «scroll» y es la acción de desplazarse hacia arriba o hacia abajo con el mouse o cursor en la pantalla de una computadora o móvil) en sitios que tienen contenido casi ilimitado, bajando hacia los abismos del timeline (permite visualizar los datos de la Red Social de forma similar a cuando se consultan directamente en cada una de las Redes Sociales), buscando un nuevo fix de dopamina. Esta conducta semeja en cierta forma a la de un zombi. En muchos casos son adolescentes que siguen «escroleando» en los feeds de sus amigos, comparándose con ellos, o en los feeds (se trata de contenido en internet que puede exportarse a otros sitios como Google Reader, Twitter o Facebook para ser leído cuando el usuario quiera) de personas más atractivas cuya vida increíble o increíblemente editada se muestra en los aparadores digitales de las redes sociales. Esto suele ocurrir a altas horas de la noche, contribuyendo al insomnio o a la mala calidad de sueño debido a los pensamientos obsesivos o a la exposición a la luz de la pantalla, que puede afectar los ciclos de producción de melatonina.
Es una conducta que, en cierta forma, nos hace lucir como zombis. Y decimos «nos» porque, sencillamente, nadie escapa. Aparte, según diversos estudios, este tipo de comportamiento se vive cada día con más intensidad gracias al confinamiento que ahora mismo debe cumplir cada ciudadano del mundo. Imaginen estar en casa todo el día encerrados sin otra cosa en mano más que un smartphone o una tablet.
Entonces, el consumo excesivo de información en Internet es un problema real. Somos millones de personas en el mismo son. Sin embargo, puede evitarse (si eres de los pocos afortunados que no padece este síndrome) y hasta corregirse.
Pero antes de decirles cómo, también cabe acotar que no siempre pasamos el tiempo metidos en redes buscando tonterías. Muchas veces consumimos material altamente productivo, pero, igual nos hace daño por los dos aspectos que ya les mencionamos.
Para evitar ser parte de la amplia comunidad zombie scrolling, o bien, comenzar a comportarnos de otra forma ante las redes, debemos trabajar en una especie de higiene digital, es decir, tener disciplina en los modos en los que interactuamos con la información.
Por ejemplo, es necesario notar que los medios digitales son espacios minados que monetizan la atención humana y que, por ello, se valen de todo tipo de trucos para capturarla. Asimismo, hay que notar los elementos de alienación que tiene el consumo de información en Internet. En otras palabras, simplemente es importante limitar el tiempo de pantalla y fomentar actividades físicas y sociales en el espacio real.
El consumo de información en Internet sí es un problema real, con millones de personas adictas, y se caracteriza justamente por una divagación, por perder el control de la atención, y suele producir estados de ansiedad o depresión. Para evitar esto, lógicamente, uno debe cultivar cierta higiene digital, una disciplina en los modos en los que se interactúa con la información.