¿Nos ha representado Dina Boluarte ante el papa León XIV?

Dina Boluarte consiguió satisfacer su vanidad una vez más. Como otras veces, con los recursos de todos nosotros y nosotras: Consiguió que los partidos políticos que sostienen su régimen, esto es, Fuerza Popular, Alianza por el Progreso, Perú Libre, Avanza País y Renovación Popular, y bancadas aliadas, le dieran 68 votos para viajar a la ceremonia de entronización (la misa en la que se le entregan los símbolos del pontificado) del papa León XIV, y de paso usar aproximadamente 65 mil soles en viáticos, parte de ellos en un lujoso hotel ( de 1700 euros la noche en la habitación más costosa). Esto a pesar de que durante el debate parlamentario y en los días previos algunos legisladores de esos mismos partidos habían expresado un rechazo a la salida del país de la presidenta del 0 % (asumiendo un margen de error estadístico) de aprobación popular. El argumento de dichos partidos fue que «representaba a los peruanos». Dado en que algunos comentaristas han continuado este argumento, conviene detenernos en él, pues podría encubrir lo que no es más que un acto de propaganda para lograr el único objetivo claro del régimen: durar.
Es verdad que la representación formal del Estado es la de quien ejerce la Presidencia de la República. El numeral 2 del artículo 118 de la Constitución nos dice que «Corresponde al Presidente de la República (…) representar al Estado, dentro y fuera de la República.» Sin embargo, cuando el ejercicio del cargo ha llevado a una pérdida de legitimidad en el gobierno, esta representación se vuelve un formalismo que encubre el aprovechamiento ilegítimo de los poderes que da el cargo, en este caso, el de viajar con una costosa comitiva, que incluyó a una testigo del caso Rólex, uno de los cuatro que ha generado denuncias. Pues también es verdad que Dina Boluarte no es sólo la presidenta más impopular de la historia y del mundo, sino la más denunciada por delitos cometidos durante sus funciones.
En efecto, la Fiscalía de la Nación, luego de investigaciones preliminares, ha denunciado a la titular del régimen por:
+ El homicidio de 44 personas y las lesiones graves de 75 personas por fuerzas policiales y militares bajo su mando político, en la represión de protestas ciudadanas entre diciembre de 2022 y marzo de 2023;
+ El aceptar el soborno (cohecho pasivo impropio) con relojes Rolex, aretes de oro y una pulsera de 94 brillantes de Wilfredo Oscorima, a cambio de transferencia de presupuesto público al gobierno regional de Ayacucho. Este hecho además ha generado otra denuncia por enriquecimiento ilícito agravado al incrementar injustificadamente su patrimonio entre 2021 y 2024, con joyas y depósitos bancarios no declarados.
+ La colusión agravada al concertar con Víctor Hugo Torres Merino, amigo de su hermano Nicanor Boluarte, para otorgar contratos irregulares en programas sociales como Qali Warma.
+ La omisión de funciones y el abandono de cargo por 12 días en 2023 para hacerse cirugías estéticas, sin informar al Congreso ni al Consejo de ministros.
+ El encubrimiento personal del prófugo Vladimir Cerrón en 2024, usando el vehículo oficial «El Cofre».
Al mismo tiempo, el régimen de Dina Boluarte ha abandonado la función de garantizar paz social. Sólo durante su paseo por Roma, integrantes de una organización criminal de extorsión mataron a un niño en otro ataque contra un vehículo de transporte público. 2024 ha pasado a la historia como el año más sangriento de la década con un tercio más de homicidios que el año anterior. Y este 2025 podría ser aún más violento. Ante esta crisis, Dina Boluarte no ha realizado ningún cambio relevante. Se ha limitado, enfocada en su objetivo de durar en el cargo, a intercambiar ministros por el permiso para el viaje: ha colocado en el ministerio de Economía y Finanzas al ex ministro de Transportes, vinculado a Keiko Fujimori y conocido por su irresponsabilidad respecto del deterioro de la infraestructura vial y aeroportuaria; en el Ministerio de Transportes a un operador de César Acuña, denunciado por violencia física contra su pareja y en la Presidencia del Consejo de Ministros, a un operador de su hermano, el exministro de Justicia.
No es de extrañar entonces que el papa León, incluso sin conocer el detalle de los hechos reseñados, sólo la haya recibido en la sacristía unos pocos minutos, antes de la misa y luego haya intercambiado pocas palabras al paso (y al parecer, habiendo sido agarrado de la mano por Dina Boluarte más de lo necesario). A diferencia del trato a otros mandatarios, como el presidente de Ucrania a quien le concedió una reunión en su despacho, igual que al vicepresidente de Estados Unidos.
En suma, más representativos de los peruanos y peruanas han sido los y las compatriotas que se manifestaron afuera de la ceremonia exigiendo justicia por las víctimas del régimen de Boluarte. Nos corresponde incrementar nuestras exigencias de un gobierno legítimo que reemplace al que padecemos.