La Dama de Hierro

Ps. Richard Borja
Director Instituto Peruano de Psicología Política

Un día como ayer, hace 11 años, murió Margaret Thatcher, conocida también como la «Dama de Hierro», una figura destacada en la política británica y mundial durante la segunda mitad del siglo XX, cuya relevancia ha marcado un antes y un después en la historia. Nacida el 13 de octubre de 1925 en Grantham, en una familia de clase media dedicada al comercio, Thatcher se convirtió en la primera mujer en convertirse en primer ministro del Reino Unido, un cargo que ocupó durante tres mandatos consecutivos, desde 1979 hasta 1990, en un tiempo en el que no había políticas ni cuotas de género, es decir, lo consiguió con todo en contra y a punta de talento.

Thatcher fue miembro del Partido Conservador y se destacó por la fuerza de sus convicciones y determinación para implementar su enfoque de libre empresa y la desregulación económica, implementando una serie de reformas que transformaron la economía británica, incluyendo la privatización de empresas estatales, la reducción de impuestos y la restricción de los poderosos sindicatos laborales. Todo ello le permitió desarrollar formidablemente su país y a sus ciudadanos.

Sin embargo, la política de Thatcher también generó controversia y polarización en su país y en el mundo. Sus políticas de austeridad y su enfoque en la reducción del gasto público llevaron a fuertes críticas por parte de la oposición y de ciertos sectores de la sociedad británica. Su postura firme durante la Guerra de las Malvinas en 1982, donde el Reino Unido se enfrentó a Argentina, la convirtió en una figura aún más polarizadora, amada por muchos, odiada por otros tantos. Su guerra mortal contra el socialismo, es parte de esas epopeyas dialécticas que la historia nunca olvidará.

Además de su legado político, Margaret Thatcher también dejó una marca como una líder fuerte y decidida, que no dudaba en tomar decisiones impopulares si creía que eran lo mejor para su país. Su estilo directo y en ocasiones controversial le valió tanto admiradores como críticos, pero su impacto en la política británica y en la historia del siglo XX es innegable.

«No soy una política de consenso, soy una política de fuertes convicciones» le dijo a todo el parlamento inglés en una asamblea; pues, Thatcher entendía la democracia y la política como una relación de contrarios que compiten por desplegar sus ideas y convicciones políticas; por eso solía espetarles a sus opositores y demás integrantes de su gabinete que no esperaba que se quedaran callados y estén de acuerdo con ella; sino, los invitaba al debate, a desarrollar argumentos y a defender sus propias posiciones. Una demócrata sin poses y vital.

Aunque Thatcher (o Maggie, como la llamaban sus simpatizantes) abrió puertas para las mujeres en la política y demostró que una mujer podía alcanzar el más alto cargo en el gobierno, no se identificaba con el feminismo en su forma más tradicional, pues ella se centró más en sus logros individuales y en su visión de la meritocracia que en cuestiones de igualdad de género. Algunas feministas criticaron su política económica y social, argumentando que no abordaba las desigualdades estructurales que afectaban a las mujeres y a otros grupos marginados, pero la verdad es que Maggie, como ejemplo de vida, es la mejor cara posible, de lo que una mujer puede conseguir, cuando su determinación es fuerte. Con su ascenso al poder, rompió barreras y demostró que las mujeres podían ocupar posiciones de liderazgo a nivel mundial.

Tras dejar el cargo de primera ministra en 1990, Thatcher se retiró de la vida política y se dedicó a escribir sus memorias y a participar en conferencias y eventos. Falleció el 8 de abril de 2013 a los 87 años, dejando un legado duradero en la política británica y en la historia mundial, una mujer de severas y claras convicciones, una líder natural que sin leyes a su favor supo auparse al liderazgo de su nación y dejarnos como herencia, la firmeza de sus decisiones. Alguien a quien las nuevas generaciones deberían conocer y reconocer en su vida, un ejemplo y una inspiración para los nuevos tiempos, tan confusos y distraídos.

     
 

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