Una crisis más…

Como si no bastaran ya la crisis sanitaria y la crisis económica que soportan los miles de peruanos, para que el Congreso de la República le añada una crisis más: la política, negándole la confianza al gabinete de Pedro Cateriano en el último año del mandato de Martín Vizcarra.

Ya bastante tienen los peruanos con padecer el confinamiento social, con la paralización de las actividades comerciales y productivas, con la pérdida de sus puestos de trabajo, con sufrir el precario sistema de salud que tenemos, con las carencias de medicamentos (oxígeno y drogas para los pacientes con covid-19) y el dolor de ver partir a la eternidad a un ser querido.

Ahora hay que angustiarse por la crisis política devenida de un acto de soberbia, de un alarde de poder de los parlamentarios ante el Ejecutivo de una férrea voluntad por sabotear el proceso de mejora de la educación universitaria y recorte de ganancias de los comerciantes de la educación.

Cómodos con los jugosos sueldos que perciben, con chofer, gasolina, laptop y asesores…. pagados por todos los peruanos, los congresistas pueden darse el lujo de generar otra crisis, en vez de ayudar a resolver las dos que tenemos en galope.

Ese es el drama de nuestro país: políticos improvisados pensando únicamente en la política como negocio, como oportunidad para enriquecerse, para defender intereses personales, aún a costa de la vida de millones de personas.

     
 

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