En la olla se freía el aderezo. Dominic, en la estrecha cocina, se acercó y lo meneó con el cucharón de palo. La cebolla y los ajos tomaban color, y mezclados con la pimienta y el comino, desprendían un olor agradable. Buscó en el soporte, que se extendía desde el fregadero, la licuadora donde se encontraba la mezcla de culantro, kion y ají amarillo, en una pasta verdosa, que era el ingrediente principal del plato de comida que estaba preparando. Sacó de la base el enorme vaso de licuadora y vertió la mezcla verdosa en la olla. Enseguida, escuchó un pequeño estallido al colisionar la mezcla con el aceite del aderezo. Puso el vaso de la licuadora en el fregadero y volvió a la olla para remover el contenido con el cucharón de palo.