Un día cualquiera

El profesor Dominic despierta. El amanecer infunde su tenue resplandor. Dominic moviliza las extremidades y siente la pierna izquierda adormecida. Trata de sentarse en la cama superior del camarote y siente corrientazos desde la ingle hasta la rodilla. «Otra vez voy a necesitar diclofenaco», se dice.