Más allá de la pandemia!

Por: Soc. José L. Gabriel Caldas

A pesar de todas las terribles consecuencias que viene generando esta crisis en nuestro país y en el mundo, producto de la pandemia COVID-19, siempre hay luces de esperanza en medio de las tinieblas, después de toda tormenta viene la calma, no hay mal que por bien no venga y no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

Con estas frases motivadoras, a las que la humanidad entera sigue aferrada y creyendo que toda esta crisis en algún momento tendrá que pasar, voy a empezar algunas apreciaciones personales respecto a las enseñanzas y sucesos positivos que viene generando esta crisis. Para ello voy a resaltar, en términos generales, lo que nos viene mostrando esta crisis, entre ellos: 1) Nuestra fe y amor a Dios; 2) La unidad, cooperación y solidaridad; 3) El amor por la familia, y 4) La importancia de la salud.

Mientras una parte de la humanidad confía en la ciencia y espera el pronto descubrimiento de la vacuna (o antídoto) para acabar con el virus en el mundo, gran parte de la población mundial no pierde la fe en Dios, que Él es quien enviará la cura para el virus, que traerá paz y sanidad al mundo, y que dará sabiduría a los científicos, para que encuentren la cura para este virus. Aunque muchos cuestionen y critiquen esta posición, se respetan opiniones y creencias de las personas, conforme lo establece “La Declaración Universal de los Derechos Humanos”.

Esto ha puesto en discusión a la humanidad, más aun que para los cristianos esta pandemia es señal del fin del mundo y la venida de Jesucristo, conforme lo dice la Biblia; es decir, o es la ciencia o es Dios que traerá la cura para este virus. El “positivismo” o el “cristianismo”, en otras palabras. Incluso, presidentes de países han puesto su mirada a Dios y declararon días de oración, más allá de sus posiciones políticas y creencias religiosas.

En nuestro país, por ejemplo, se han cerrado las iglesias debido al aislamiento social para evitar contagios masivos del virus, pero los hogares se han convertido en iglesias de adoración. Desde ahí expresan sus cánticos y oraciones pidiendo a Dios sanidad para las personas infectadas con el virus, claman bendiciones y protección para las familias, piden que regrese la paz en el mundo y consuelo para los que sufren las penosas consecuencias de este letal virus. Estoy convencido de que la oración es la fuerza poderosa para acabar con los males del mundo, y la fe en Dios nunca debe perderse, y la fe mueve montañas.

El país entero se ha unido con el compromiso de frenar y combatir el contagio de la COVID-19, encabezado por el Poder Ejecutivo, los Gobiernos Regionales y Locales y otras instituciones desconcentradas del Estado, principalmente para brindar atención, asistencia y protección a los hogares en situación de vulnerabilidad, que vienen siendo afectados por esta crisis económica y sanitaria.

El Gobierno Central ha destinado millonarios recursos para los trabajos de contención y respuesta al brote de la COVID-19, con el único fin de atenuar la crisis de la economía familiar por la inactividad comercial y laboral producto del aislamiento social. Existe un trabajo unido, concertado y articulado entre las diversas instituciones; así también las autoridades políticas, eclesiásticas, policiales, militares y comunales vienen trabajando arduamente desde el primer día de declarado el Estado de Emergencia en nuestro país para llevar ayuda a los más necesitados y realizar acciones de vigilancia y control para evitar el contagio del virus.

Una gran labor vienen realizando los gobiernos locales, encabezados por sus alcaldes, porque son ellos quienes están cerca a la población, y conocen in situ la necesidad y demanda de la población. A pesar del limitado presupuesto vienen implementando órganos de atención a las emergencias para garantizar servicios fundamentales.

También en este trabajo se han unido organismos no gubernamentales, asociaciones, brigadas, grupos voluntarios, entre otros, con el propósito de colaborar con las instituciones y gobiernos locales en la atención y dotación de ayuda humanitaria, mostrando compromiso con el país. La unidad hace la fuerza, es la lógica de estos trabajos de carácter altruista.

La familia es la célula básica de la sociedad, por eso no debe sufrir ninguna alteración en su estructura; más al contrario, requiere ser fortalecida con la unidad, comunicación y mayor interrelación entre sus miembros. En esta crisis, las familias, principalmente en situación de pobreza y extrema pobreza, son las que más sufren las consecuencias de la crisis de la economía familiar que genera desesperación y preocupación en los jefes de hogar, al no contar con medios siquiera para solventar la canasta familiar.

Pese a ello, existe unidad, cooperación y apoyo mutuo entre los miembros de cada familia. Los jefes de hogar hacen grandes esfuerzos pese al aislamiento social para conseguir el sustento que les permita solventar los gastos de sus hogares, pudiendo sobrevivir a duras penas en este tiempo de pandemia, para ello deben buscar o dedicarse a algún negocio o prestar algún servicio eventual.

El amor de los padres a sus hijos es inmenso, incluso, más inmenso que la propia crisis. A pesar de esta situación crítica lo que les importa es que no falte alimento en sus hogares. Así también se ha visto que las familias se brindan apoyo mutuo entre ellas. No sólo existe unidad y cooperación entre los miembros de cada familia, sino también entre las familias de cada sector o comunidad.

Cuántas familias esperan el retorno de algún miembro que por diversos motivos no se encuentran juntos, ya que esta pandemia vino sin avisar, y peor aún, el aislamiento (cuarentena) agarró a muchos en otras ciudades sin poder regresar a la fecha a su ciudad de origen. Enamorados y enamoradas, novios y novias, esposos y esposas se esperan ansiosos y ansiosas entre sí. El amor por la familia y por el ser amado se expresa sin medida en estos tiempos de crisis.

Esta pandemia viene ocasionando a diario grandes contagios y muertes en el mundo y en nuestro país, y las tendencias a futuro son alarmantes. Por ejemplo, ya se está proyectando que para el mes de agosto nuestro país llegará cerca a los 400 000 casos positivos y más de 20 000 muertes que pondrá a nuestro país en los primeros lugares del ranking mundial.

A pesar que existe buen porcentaje de pacientes recuperados y dados de alta, los números de casos positivos y muertes van en aumento incontrolable. Recientemente se dio a conocer que los pacientes recuperados de este virus, sino guardan reposo reaparecen los síntomas de este virus con mayor magnitud, puesto que los pulmones sufrieron daños, complicándose la salud de estas personas, principalmente adultos mayores cuando presentan otras enfermedades preexistentes.

Cuantas personas contagiadas se aferran a la vida y no pierden las esperanzas de vencer a este virus desde la cama de un hospital o desde algún ambiente cumpliendo su aislamiento. Así también, quienes a la fecha no presentan diagnósticos positivos de este virus realizan enormes acciones de prevención y seguridad dispuestas por la OMS a través del Ministerio de Salud para protegerse del contagio de este virus. Para ello, el Gobierno Central dispuso ciertas medidas como el aislamiento social, protección personal, evitar los saludos y contactos masivos, uso de materiales equipos e insumos de seguridad; todo esto, con la finalidad de evitar los contagios masivos, incluso, dispuso multas para quienes incumplen las medidas.

A consecuencia de la escasez y crecida de precios de las medicinas en las farmacias muchos han recurrido a la medicina tradicional, a través del eucalipto, jengibre y otros que contienen vitamina “C”, que, por cierto, tiene efecto positivo en las personas fortaleciendo su sistema inmunológico. Otras fuentes dieron a conocer que existen casos de recuperación de pacientes contagiados con este virus. Ahora, estudios recientes señalan que esta alternativa puede ser contraproducente en el organismo de las personas por su forma y uso al aplicar porque no está garantizado científicamente.

Dice una teoría que toda crisis es la base para el desarrollo, ningún país desarrollado alcanzó su poderío económico y geopolítico sin antes haber pasado por una crisis. Esto es para muchos “la teoría del desarrollo”, aunque este proceso no fue nada fácil sino es el resultado del trabajo planificado, estratégico, prospectivo a través del repotenciamiento de la estructura económica de estos países.

Esta crisis económica y sanitaria, producto de la COVID-19, no debe ser la excepción hay que mirar positivamente estos sucesos. Si bien es cierto esta crisis viene generando grandes pérdidas económicas al país, sumado a ello los contagios y muertes a diario con una débil respuesta del Estado frente al brote de este virus habiendo colapsado el sistema de salud, debido a la insuficiente y limitada atención del servicio de salud, sintiendo con mayor fuerza los hogares en situación de vulnerabilidad, el crecimiento del desempleo, el hambre, entre otros.

Ahora más que nunca, después que pase esta pandemia se va requerir de mayor trabajo y esfuerzo de nuestros gobernantes y de sus gabinetes para salir de esta crisis que dejará la pandemia. Sin duda, no será nada fácil, se va requerir muchos años para poder despegar y establecer el crecimiento económico en todo el país.

Se debe elaborar y ejecutar “planes de desarrollo estratégicos nacionales” de respuesta y atenuación de la crisis generada por la pandemia del COVID-19 (post pandemia). Así también, y volviendo a incidir, que este despegue y crecimiento económico se efectúe a través del repotenciamiento del sector agropecuario, pesquero, minero, energético, industrial, empresarial y comercial, principalmente, debido a que estos sectores son los que mueven al país económicamente.

Esta pandemia, a pesar del impacto negativo, nos trae muchas enseñanzas y experiencias positivas. Con mayor amplitud y preponderancia, resulta importante y prioritario: el acercamiento y la fe en Dios; la unidad, cooperación y solidaridad entre los peruanos; el amor por la familia, y la importancia de la salud.

Termino este artículo compartiendo algunos mensajes y reflexiones que nos deja como enseñanza esta pandemia para tomar en cuenta y poner en práctica en todo el periodo que durará la pandemia de la COVID-19 en el país y en el mundo, entre ellos “la cuarentena nos ha acercado más a Dios y nos debe seguir acercando para encontrar la paz y la sanidad en el mundo”, “la vida no es sólo ganar dinero, sino que primero es Dios, la salud y la familia”, “la familia es el mejor escudo que podamos tener en momentos de crisis”, “la vida puede terminar en cualquier momento. Por eso, agrademos a Dios, amemos, perdonemos, hagamos las cosas correctas, actuemos con valores y principios, mostremos nuestro buen corazón, mantengamos la humildad, colaboremos con los demás, luchemos por nuestros sueños y seamos felices; pero, sobre todo, no perdamos la fe y nunca nos olvidemos de Dios”, “el compromiso con el país es nuestra principal vocación y arma para lograr su desarrollo”, “estar con vida es una razón para dar gracias a Dios”, “la unión hace la fuerza con un solo pensamiento, objetivo y fin. Si estamos juntos, no hay nada imposible, si estamos divididos, todo fallará” (CH.H.B.MM). Dios nos guarde y coja confesados.

     
 

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